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LO BUENO
Más obras El punto favorable en el gobierno de Alan García son las más de 130 mil obras a nivel de todo el territorio nacional. Es un aspecto importante que se suma a continuar con la estabilidad económica de nuestro país y el crecimiento del Producto Bruto Interno generándose más empleo para las personas. Economía sostenible Esta frase hubiera sonado increíble en 1990, pero hoy, veinte años después, la gestión de Alan García realizó un buen manejo de la economía. La crisis financiera internacional no tuvo el impacto en el Perú. Cabe resaltar que los Tratados de Libero Comercio con Estados Unidos y otros países como China, Singapur, Canadá y la Unión Europea, dinamizaron la economía actual. Mejoras educativas Durante estos cinco años se promulgó el dispositivo que promueve la meritocracia a través de la Ley de la Carrera Pública Magisterial. Además, se invirtió en mejorar la infraestructura educativa de los colegios emblemáticos tal es el caso de colegio Seminario, San Juan y santa Rosa, en nuestra ciudad. Hospitales, carreteras y proyectos de saneamiento La actual gestión ha construido 12 hospitales de Essalud. Se han rehabilitado, construido o mejorado 11.251 kilómetros de carreteras. Hay 2.093 proyectos de agua y saneamiento en ejecución. LO MALO Corrupción en el Gobierno En octubre del 2008 los famosos ‘petroaudios’ hicieron que el Gobierno enfrentara una de sus peores crisis, tras hacerse público el contenido de unas conversaciones entre Rómulo León y Alberto Quimper que revelaban el presunto tráfico de influencias para lograr la concesión de la buena pro para explotar lotes petrolíferos a favor de Discover Petroleum. La corrupción también llegó al Partido Aprista. Su secretario general institucional, Omar Quesada, tuvo que apartarse temporalmente del cargo tras conocerse las irregulares adjudicaciones de terrenos por parte de Cofopri. Los 'interminables' conflictos sociales El recordado 'Baguazo' generó la caída del segundo Gabinete que conducía Yehude Simon. La violencia de las protestas dejó 24 policías y 10 nativos muertos. Ahora, con estas últimas protestas en Puno, no cabe duda que al gobierno de Alan García le faltó un mejor manejo para solucionar los conflictos sociales. La tardía respuesta del gobierno se hizo evidente en la solución de las protestas de los peruanos. Brecha social Pero donde están las mayores críticas a García es en las malas cifras en términos de pobreza y desigualdad social, que no se condicen con los niveles de riqueza que el país genera. La brecha entre ricos y pobres en el país es una de las más altas de Latinoamérica. Perú ocupa el puesto 13 de 17 países latinoamericanos en el índice de la ONU que mide la igualdad de oportunidades.
Entre las obras del primer gobierno de Alan García podemos citar:
- Importantes represesas como Chavimochic y Gallito Ciego
(ambas, importantes obras de irrigación que hoy en día estan dando sus frutos, de hecho en el norte se incrementaron las exportaciones agroindustriales gracias a esas obras)
- Encaminó la regionalización.
- Empezó el tren eléctrico (por desgracia inconcluso hasta la actualidad)
- Desarrolló programas de apoyo social orientados en aliviar en algo la extrema pobreza.
En relación a la inflación:
Así como ahora en los países de la región hay una estabilidad económica, en ese entonces en toda la región se desató una crisis inflacionaria, que se acentuó en el Perú, principalmente por tres hechos, 1) El descrédito que le hizo la prensa (lo que el en algún momento llamaría "el cargamontón"), 2) El imparable avance del terrorismo que le hacía la guerra al país, 3) el hecho que se metió con las "vacas sagradas", intentó nacionalizar la banca, por la vía democrática, puesto que finalmente no se hizo porque finalmente el congreso no lo aprobó, pero a partir de allí, los banqueros y los grupos con poder económico le dieron la espalda y la crisis llegó a los niveles que llegó.
En relación al terrorismo:
El terrorismo alcanzó su máximo apogeo durante el primer gobierno del Presidente García, se destó una guerra interna, que forzaba al gobierno a destinar recursos a la lucha contra el terrorismo en vez de destinarla a otras cosas.