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políticos sobre su posición acerca del actual proceso de paz y del papel que creen, deben tener los jóvenes en las negociaciones.
Sobre este punto, Camilo Martínez, joven miembro y director ejecutivo del Centro de Pensamiento Colombia Líder, opina que las Farc deben someterse a la justicia y pagar por sus crímenes. “¿Por qué darle elegibilidad a quienes siempre han recurrido al terrorismo?, que se les conceda disminución de la pena es posible, pero por qué vamos a premiarlos con beneficios e impunidad cuando las victimas merecen respeto y justicia”, dijo Martínez.
Luisa Uribe, estudiante de sociología y miembro activo del movimiento Marcha Patriótica piensa que más allá de aceptar una integración lo importante es pensar en un nuevo modelo de reinserción que no conduzca a la desigualdad. “Pienso que hay que implantar un modelo que sea realmente incluyente, en el que los desmovilizados puedan participar activamente en la vida política y acceder a las universidades”, anunció Uribe.
Si este proceso es o no una oportunidad seria para la terminación del conflicto y acabar con la oposición política es uno de los puntos alrededor del cual ha girado el debate. Camilo, pone en duda el papel del gobierno y opina que este diálogo no conducirá a una paz verdadera. “Este diálogo con las Farc inició al revés, con mentiras y con la complicidad del Gobierno. Podrán firmar una paz, pero no será una paz verdadera, la guerrilla seguirá existiendo y se le dará impunidad”, dijo Martínez.
Por su parte, Luisa considera que el actual proceso es una oportunidad única en la historia, sin embargo, reconoce limitaciones dentro de éste al no haber una participación activa de la población civil. “Luego del gobierno de Álvaro Uribe, esta es la primera vez en años que se les reconoce a las Farc como un actor político y no se niega la existencia de un conflicto. Sin embrago, para que exista una paz real no sólo se necesita el dialogo entre la insurgencia y el Gobierno, es necesaria la participación de toda la sociedad civil, ya que la paz es mucho más que la ausencia de un conflicto armado”, dijo Uribe.
El papel que deben tener los jóvenes y los estudiantes en el proceso de paz no ha sido definido hasta ahora, sin embargo muchos se han pronunciado acerca del tema. Camilo no cree en una política hecha con las armas y afirma que la educación es el aporte de los jóvenes a la paz. “Cientos de jóvenes estamos estudiando hoy en las universidades para gobernar y construir un mañana. Nuestro papel es seguirnos preparando y trabajar por la construcción de una paz justa en Colombia”, dijo Martínez.
Luisa opina que los estudiantes tienen una posición privilegiada dentro de la sociedad por lo que deben asumir una postura más crítica frente al proceso y participar activamente en este. “Como estudiantes tenemos acceso a documentos históricos sobre el conflicto por lo que deberíamos analizarlo con más cuidado y no sólo guiarnos por lo que dicen los medios. Por otro lado, la organización estudiantil es crucial para que podamos llegar a participar en las mesas de negociación”, anunció Uribe.
Sobre este punto, Camilo Martínez, joven miembro y director ejecutivo del Centro de Pensamiento Colombia Líder, opina que las Farc deben someterse a la justicia y pagar por sus crímenes. “¿Por qué darle elegibilidad a quienes siempre han recurrido al terrorismo?, que se les conceda disminución de la pena es posible, pero por qué vamos a premiarlos con beneficios e impunidad cuando las victimas merecen respeto y justicia”, dijo Martínez.
Luisa Uribe, estudiante de sociología y miembro activo del movimiento Marcha Patriótica piensa que más allá de aceptar una integración lo importante es pensar en un nuevo modelo de reinserción que no conduzca a la desigualdad. “Pienso que hay que implantar un modelo que sea realmente incluyente, en el que los desmovilizados puedan participar activamente en la vida política y acceder a las universidades”, anunció Uribe.
Si este proceso es o no una oportunidad seria para la terminación del conflicto y acabar con la oposición política es uno de los puntos alrededor del cual ha girado el debate. Camilo, pone en duda el papel del gobierno y opina que este diálogo no conducirá a una paz verdadera. “Este diálogo con las Farc inició al revés, con mentiras y con la complicidad del Gobierno. Podrán firmar una paz, pero no será una paz verdadera, la guerrilla seguirá existiendo y se le dará impunidad”, dijo Martínez.
Por su parte, Luisa considera que el actual proceso es una oportunidad única en la historia, sin embargo, reconoce limitaciones dentro de éste al no haber una participación activa de la población civil. “Luego del gobierno de Álvaro Uribe, esta es la primera vez en años que se les reconoce a las Farc como un actor político y no se niega la existencia de un conflicto. Sin embrago, para que exista una paz real no sólo se necesita el dialogo entre la insurgencia y el Gobierno, es necesaria la participación de toda la sociedad civil, ya que la paz es mucho más que la ausencia de un conflicto armado”, dijo Uribe.
El papel que deben tener los jóvenes y los estudiantes en el proceso de paz no ha sido definido hasta ahora, sin embargo muchos se han pronunciado acerca del tema. Camilo no cree en una política hecha con las armas y afirma que la educación es el aporte de los jóvenes a la paz. “Cientos de jóvenes estamos estudiando hoy en las universidades para gobernar y construir un mañana. Nuestro papel es seguirnos preparando y trabajar por la construcción de una paz justa en Colombia”, dijo Martínez.
Luisa opina que los estudiantes tienen una posición privilegiada dentro de la sociedad por lo que deben asumir una postura más crítica frente al proceso y participar activamente en este. “Como estudiantes tenemos acceso a documentos históricos sobre el conflicto por lo que deberíamos analizarlo con más cuidado y no sólo guiarnos por lo que dicen los medios. Por otro lado, la organización estudiantil es crucial para que podamos llegar a participar en las mesas de negociación”, anunció Uribe.
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