Respuestas
Los grandes científicos e investigadores en la humanidad, sobre todo a partir de la edad Media, daban a conocer sus hallazgos a través de la correspondencia. La creación de las sociedades de ciencias durante el renacimiento, fue el comienzo de la recopilación de los conocimientos en materia científica, y las cartas, dirigidas a sus miembros o a la sociedad misma, fueron una de las principales fuentes de esos conocimientos.
En muchas ocasiones las fechas de esas cartas han permitido saber quién ha sido el primero en hacer un descubrimiento o logrado la resolución de un problema.
Por su origen y finalidad, la carta científica comenzó como cualquier otra carta, en la que el remitente ponía a consideración o comunicaba su nuevo descubrimiento; por lo que no tenía un formato definido.
En cuanto al formato, no hay un consenso total, puesto que su extensión puede ser desde un formato muy breve, como el de una nota o memorandum, hasta uno muy extenso que sería un tratado.
En cuanto al contenido, la aplicación del método científico ha hecho que la carta científica tenga algunas características que la distinguen, y que a la vez la hacen cumplir su finalidad:
- Debe ser objetiva: Es decir, dedicarse a las observaciones hechas, evitando en lo posible, apreciaciones personales que no sean estrictamente parte de procedimiento
- Debe ser descriptiva: Esto cuando hacemos un experimento o investigación, ya que al describir detalladamente las condiciones y circunstancias en que los hemos hecho, permitirá que sea duplicado por otros investigadores.
- Debe incluir imágenes: que permitan aclarar puntos que son muy largos, o puedan ser confusos en texto.
- Bibliografía: la mención de los libros en los que hemos apoyado nuestra investigación, para todo aquel que quiera conocer la fuente que nos ha servido de base para nuestro trabajo.
Jorge Albert Inárritu
Puebla, Puebla.
Cd. de México, a 25 de octubre de 2010
Sociedad mexicana de Geología:
Tengo el gusto de dirigirme a Ustedes, para comunicarles mis recientes hallazgos:
Durante la pasada lluvia de estrellas perseidas, tuve la suerte de encontrar un fragmento de meteorito en la Sierra Norte del Estado, de aproximadamente 4.5 kilogramos de peso y forma esférica irregular de unos 45 centímetros de diámetro. Lo he estudiado durante estos últimos meses, encontrando que en su estructura interna, este meteorito en particular contiene un núcleo de una aleación de hierro, cobre, cobalto y titanio; en tanto que su estructura externa es de piedra porosa, semejante a la piedra volcánica comúnmente conocida como tezontle.
Junto a este correo les envío una serie de fotografías desde el hallazgo hasta los últimas pruebas que junto con mi equipo hemos realizado; mismas que están fechadas y algunas contienen datos adicionales en su parte posterior.
Agradezco su amable atención y espero se pongan en contacto para facilitarle muestras y más datos que requieran.
Sin otro particular, me despido atentamente.
Jorge alberto Inárritu