La frase “reorganización del trabajo”, permite interpretar que:
Para ya porfa

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Respuesta dada por: santidadajehova1998
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Durante las últimas tres décadas las universidades tradicionales, en tanto organizaciones laborales e instituciones sociales, han experimentado a escala global y nacional, profundas transformaciones orientadas por nuevas lógicas de gestión de lo público (Anderson, 2008; Callinicos, 2006; Corvalán, 2001; Gill, 2009; Slaughter y Leslie, 1997, 2001; Slaughter y Rhoades, 2004). El nuevo ethos del espacio académico, de acuerdo con los preceptos del llamado Nuevo Management Público, supone acciones tales como la descentralización y diversificación de las fuentes de financiamiento, la incorporación del mercado como el principal mecanismo regulador, la instalación de una cultura del accountability, el desarrollo de instrumentos de acreditación y medidas de eficacia para los procesos de trabajo (Gill, 2009; Sisto, 2005; Slaughter y Leslie, 1997, 2001; Von Hayek, 1980).

Para desarrollar la demandada reestructuración del sistema educativo superior, es condición fundamental la reorganización del trabajo académico y la redefinición de su principal fuerza de trabajo: los académicos. En efecto, la transformación de la universidad se asocia en términos concretos a cambios en la gestión del cuerpo académico (Brunner, 1999; Donoso, 2001) y esto ha sido definido como un proceso estratégico para el sector universitario (OCDE, 2008). En este contexto varias universidades han iniciado procesos sistemáticos de perfeccionamiento del cuerpo académico, han buscado establecer sistemas eficientes de acreditación de la docencia, incentivan la investigación y producción de conocimiento, a la vez que se espera académicos que se comprometan y compenetren con el proyecto institucional y con las nuevas formas de producción académica. Esto se puede apreciar en diversas respuestas organizativas, desde universidades que han tendido a una alta flexibilización laboral y fragmentación de su cuerpo académico, conservando núcleos estables de carácter administrativo, hasta universidades que por el contrario han tendido a aumentar las plantas estables, pero implementando sistemas de evaluación e incentivo que interpelan fuertemente a sus cuerpos docentes. En efecto, como ha sido ampliamente documentado, la reorganización del trabajo no solo pone en juego el desempeño de la fuerza laboral, sino también los ideales y prototipos de trabajadores, los cuales van cambiando según cambian las formas de producción (Baumann 1998a y 1998b; Beck, 2002, 2004; Boltanski y Chiapello, 1999; Castells 1998; Dubar, 1991, 2000; Du Gay, 2007; Gorz, 1997; Medá, 1998; Sennett, 1998). En efecto, el Nuevo Management Público llama a sus trabajadores a apropiarse de nuevas identidades laborales como académicos, asumiendo nuevos ideales de autonomía, emprendimiento y polifuncionalidad (Ainsworth y Hardy, 2008).

Sin embargo, la adhesión de los académicos a los nuevos modelos de trabajo y trabajadores propios de la reestructuración de la educación superior es un proceso complejo y no exento de tensiones (Anderson, 2008; Fairclough y Wodak, 2009; Thomas y Davies, 2005; Levin y Shaker, 2011; Fardella, 2012; Sisto, 2005; Sisto y Fardella, 2009). Por ello es necesario estudiar las nuevas regulaciones del trabajo académico, con especial sensibilidad a la heterogeneidad y contradicción de los procesos locales que se encuentran a la base de las transformaciones.

A través de este trabajo se busca precisamente presentar algunas herramientas conceptuales que permitirían iluminar y estudiar los procesos cotidianos que emergen frente a las nuevas demandas al trabajo académico.


Anónimo: nonono
Anónimo: mira cuánta ayuda
Anónimo: en vez de responder ubieces dejado que otro usuarios de su respuesta
Anónimo: usuario*
santidadajehova1998: porque no miras de arriba asta abajo sin saltarte una
Respuesta dada por: judithayma90
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Respuesta:

permite interpretar una organización de trabajo del cliente que este necesitando ayuda en sus labores

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