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Bonxe es uno de los lugares en los que la cerámica tradicional encontró uno de los escenarios más fértiles para crecer y desarrollarse. Pero ese crecimiento no se experimentó por generación espontánea sino que se debió a personas como Indalecio Lombao, que falleció anteayer y que se entierra hoy.
Sus 90 años de vida le sirvieron para cultivar la cerámica, pero también la música, como se recoge en diversos textos que recuerdan su trayectoria vital y profesional. Al mismo tiempo, en esas nueve décadas vio cómo la cerámica que él había cultivado encontraba continuidad en su hija Pepa, que mantiene la tradición en este mismo municipio chairego.
Como reconocía ayer el alcalde, José Pardo, Alecciono Lomba encarnaba una forma de trabajar gracias a la que la alfarería de Bonxe ocupa un lugar destacado dentro de la artesanía gallega. Lejanos ya los tiempos en los que el oficio daba generaba decenas de empleos, la trayectoria de Lombao queda en el recuerdo.