Respuestas
Respuesta dada por:
8
En los días del Concilio, la Iglesia, con plena consciencia de lo permanente, pero al mismo tiempo sensible a los cambios profundos, se preguntaba por la situación de la persona humana en el mundo, buscando «escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio». El primer rasgo que señalan los Padres Conciliares es que «el género humano se halla hoy en un período nuevo de su historia, caracterizado por cambios profundos y acelerados, que progresivamente se extienden al universo entero». Son cambios provocados por «el hombre con su inteligencia y su dinamismo creador; pero recaen luego sobre el hombre, sobre sus juicios y deseos individuales y colectivos, sobre sus modos de pensar y sobre su comportamiento para con las realidades y los hombres con quienes convive. Tan es esto así, -sigue la Gaudium et spes- que se puede ya hablar de una verdadera metamorfosis social y cultural». Las profundas transformaciones e interrogantes de las que habla el Concilio, tienen connotaciones de orden social, cultural, psicológico, moral, religioso y familiar. Y en medio de estos cambios profundos, la Gaudium señalaba ya, con extraordinaria claridad, que «el espíritu científico modifica profundamente el ambiente cultural y las maneras de pensar. La técnica, con sus avances, está transformando la faz de la tierra».Hoy en día, pasadas más de tres décadas, podemos contemplar unos avances tecnológicos -quizá de dimensiones mayores a las vislumbradas por los Padres del Concilio-, que se pueden situar en el vertiginoso cambio ya constatado en la enseñanza conciliar. Las interrogantes entonces aplicadas respecto al desarrollo de la técnica, cobran hoy en día especial relevancia. La situación actual de la tecnología y la experiencia de los últimos años nos permiten suponer un crecimiento cada vez más acelerado y complejo de lo que se viene llamando «nuevas tecnologías». Esta realidad y el horizonte que se prevee se presenta colmado de grandes promesas y al mismo tiempo de inmensos desafíos; cargado de esas «esperanzas y temores» de las que habla laGaudium et spes.TecnocentrismoLa complejidad del desarrollo tecnológico viene suscitando en el mundo posiciones muy diversas. Diferentes calificativos han ido apareciendo para identificar las actitudes opuestas de rechazo y de entusiasmo: tecnófobos ytecnófilos, son quizá de las expresiones más conocidas; apocalípticos eintegrados, título de un libro de Umberto Eco publicado en 1965; o tambiénhumies y techies, en relación a aquellos con una tendencia más humanista -los primeros- y más instrumental -los segundos-.Los así llamados tecnófobos rechazan -en mayor o menor grado- los sistemas o adelantos tecnológicos, viendo en ellos principalmente graves consecuencias para el desarrollo de la persona humana y la sociedad. Muchas veces este rechazo de la tecnología manifiesta un cierto anhelo de un mundo sin tecnología, un supuesto mundo «pre-tecnológico» -que ciertamente nunca ha existido- en el que el ser humano sería capaz de vivir y desplegarse sin recurso alguno a la tecnología. Por su parte, los llamados tecnófilos -también, en un mayor o menor grado- consideran que en los avances de la tecnología y en su desarrollo, la humanidad sería capaz de hallar todo lo necesario para su «plena realización», usualmente en una reductiva perspectiva intramundana. Vislumbran un futuro tecnológico de características «casi paradisiacas», una suerte de «utopía tecnológica».Aunque las dos posiciones aportan elementos sugerentes para la reflexión, la polarización de las posturas lleva a reducciones y simplificaciones de la realidad. Ambas tendencias dirigen su atención a la tecnología y lo que sería el futuro tecnológico, en un caso para rechazarla y en el otro para acelerar su llegada, con los matices señalados. Sin embargo, en su aproximación a la tecnología ambas caen en el vicio de otorgar a la técnica, en relación al ser humano y a la sociedad, un papel demasiado protagónico, cayendo en lo que se ha denominado tecnocentrismo. Vistas desde tal filtro, por ejemplo, las incidencias de los instrumentos técnicos sobre la identidad personal e incluso comunitaria aparecen como determinantes sobre la identidad del sujeto y en consecuencia sobre la comunidad. Pero, partiendo de este vicio de perspectiva, las conclusiones a las que pueden llegar los agoreros quedan bastante distorsionadas por los presupuestos de los que parten, más aún si el análisis se realiza sobre un sector patologizado de la población.El tecnocentrismo, coloca a la técnica como centro de la reflexión en torno a la cual gira toda la aproximación a la realidad. Desde esta perspectiva la tecnología se convierte en un filtro -incluso en «el» filtro- de las demás expresiones de la experiencia humana y de la cultura. Por esta razón, es : el medio corrompe o modela de tal manera el mensaje que llega incluso a identificarse con él. En esta afirmación de McLuhan no se puede dejar de advertir que se le da una importancia
maurotserrano70:
gracias
Preguntas similares
hace 7 años
hace 7 años
hace 7 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años