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El cuento trata sobre la historia de un hombre, Margarito Duarte, que vive en un pequeño pueblo de los Andes colombianos.
Su vida había sido muy triste.
Se casó a sus dieciocho años con una muchacha de su pueblo pero perdió su mujer algunos años después durante el parto de su hija.
Esta murió a la edad de siete años.
Once años después Margarito tuvo que mudar los restos de su familia a un nuevo cementerio.
Cuando abrió el ataúd de su hija el cuerpo estaba intacto pero sin ningún peso.
Este fue considerado como un milagro en la región.
El padre puso su hija en una maleta de pino lustrado que tenía la forma de un estuche de violonchelo.
Margarito Duarte decidió viajar a Roma para obtener un reconocimiento del milagro por el vaticano.
A Roma encontró dificultades numerosas por parte de las autoridades del Vaticano y no logró obtener una entrevista con el Papa.
A pesar de todos los trámites posibles no pudo obtener ningún reconocimiento del milagro. El tiempo estaba transcurriendo…
Durante esa época el autor vivía con otros estudiantes en un apartamento no lejos de la Villa Borghese.
Había particularmente un tenor Rafael Ribero Silva que cantaba cada mañana en frente a los jardines de la Villa Borghese donde vivía un viejo león que le contestaba con rugidos terribles.
Margarito Duarte, que no tenía mucho dinero, tenía la posibilidad de pagar su alquiler por el mismo apartamento gracias a su talento para cocinar las presas cazadas por el cuñado de la dueña.
Margarito Duarte estaba solo y sin mujer. Sus amigos, el escritor y camarada del tenor decidieron organizar un encuentro con una de las señoritas que mariposeaban por el parque de la Villa Borghese.
El tenor preparó la muchacha para “ofrecer” una hora de felicidad a Margarito que no comprendió lo que sus amigos esperaban de él.
En lugar, mostró a la muchacha la maleta de pino y su contenido! Y la muchacha huyó asustada.
Después, sus amigos tuvieron el proyecto de hacer una película sobre el guión de la Santa pero no pudieron.
De hecho el profesor de cine no quiso hacer una película porque pensaba que el tema era insuficiente. Así pues, le pidió a Margarito que resucitara a la santa para crear un guión aceptable!
Veintidós años después el autor volvió a Roma y encontró a Margarito que había envejecido pero que aún seguía esperando el reconocimiento de su milagro.
El verdadero santo era Margarito!
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