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El Movimiento litúrgico comenzó como un movimiento académico del siglo XIX para la reforma de la liturgia dentro de la Iglesia católica. Se ha desarrollado durante el último siglo y medio y ha afectado a muchas otras Iglesias cristianas, incluida la Iglesia de Inglaterra y otras de la Comunión Anglicana, y algunas protestantes. Una reforma similar en la Iglesia de Inglaterra y la Comunión Anglicana, conocida como Movimiento de Oxford, comenzó a cambiar la teología y la liturgia en el Reino Unido y los Estados Unidos a mediados del siglo XIX. El Movimiento litúrgico ha sido una de las principales influencias en el proceso del Movimiento ecuménico, a favor de revertir las divisiones que comenzaron en la Reforma.
El movimiento tiene una serie de facetas. Primero, fue un intento de redescubrir las prácticas de adoración antigua y hasta cierto punto de la Iglesia medieval, que en el siglo XIX se consideró la forma ideal de adoración y expresión de fe. Segundo, se desarrolló como una beca para estudiar y analizar la historia de la adoración. En tercer lugar, se amplió a un examen de la naturaleza de la adoración como una actividad humana orgánica. Cuarto, intentó renovar la adoración para que fuera más expresiva para los fieles y como un instrumento de enseñanza y misión. Quinto, ha sido un movimiento que intenta lograr la reconciliación entre las Iglesias en ambos lados de la Reforma protestante.
En la Reforma del siglo XVI, mientras algunas de las nuevas Iglesias protestantes abandonaron la antigua misa latina, la iglesia católica la reformó y revisó. La división entre las Iglesias católica y protestante fue en parte una diferencia con respecto a las creencias con respecto al idioma que se usará en la liturgia. Una misa en latín, según algunos, sería algo que uno vería y oiría principalmente como un evento sagrado; un servicio vernáculo, en el idioma del adorador, sería uno en el que se suponía que el devoto debía comprender y participar. La revisión de la liturgia romana que siguió, y que proporcionó un uso único para toda la Iglesia occidental, enfatizó la naturaleza sacramental y de sacrificio de la Eucaristía, en lugar de una dirección impulsada por los reformadores hacia la participación laica. El Movimiento litúrgico, que se originó en el trabajo para restaurar la liturgia a sus principios antiguos, dio lugar a cambios que han afectado tanto a los católicos como a los protestantes de diversas denominaciones.