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Respuesta:
La última noche que estuvo con los apóstoles, Jesús les dijo: “Después de ser resucitado, iré delante de ustedes camino a Galilea” (Mateo 26:32; 28:7, 10). Ahora, muchos de sus discípulos se dirigen allí, pero ¿qué harán en Galilea?
Allí, Pedro les dice a seis de los apóstoles: “Me voy a pescar”. Y los seis le contestan: “Nos vamos contigo” (Juan 21:3). Sin embargo, no logran pescar nada en toda la noche. Al amanecer, Jesús aparece en la playa, pero ellos no lo reconocen. Entonces Jesús les grita: “Hijos míos, no tienen nada que comer, ¿verdad?”. Ellos le contestan: “No”. Así que Jesús les dice: “Echen la red al lado derecho de la barca y encontrarán algo” (Juan 21:5, 6). Cuando lo hacen, la red se llena de tantos peces que no pueden sacarla.
En ese momento, Juan le dice a Pedro: “¡Es el Señor!” (Juan 21:7). Enseguida, Pedro se pone la ropa, que se había quitado para pescar. Se lanza al mar y nada unos 90 metros (100 yardas) hasta la orilla mientras los demás lo siguen despacio en la barca, arrastrando la red llena de peces.
Al llegar a la orilla, ven “un fuego” y “pescado sobre las brasas, y pan”. Entonces Jesús les pide: “Traigan algunos de los peces que acaban de pescar”. De modo que Pedro arrastra a tierra la red, que contiene 153 peces grandes. Luego Jesús les dice: “Vengan a desayunar”. Ninguno se atreve a preguntarle quién es, porque saben que es Jesús (Juan 21:9-12). Esta es la tercera vez que Jesús se le aparece a un grupo de discípulos.
Jesús les da a todos un poco de pan y pescado. Después, quizás mirando a los peces que hay en la red, le pregunta a Pedro: “Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos?”. Jesús quiere saber si para Pedro es más importante su negocio de pesca o la obra que él desea que haga. Pedro le responde: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Así que Jesús le dice: “Alimenta a mis corderos” (Juan 21:15).
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