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Respuesta dada por:
6
padres perdónalos
hoy estarás con migo en el paraíso
he ahí tu hijo he hay tu madre
porque me as desamparado
tengo sed
padre en tus manos encomiendo tu espiritu
consumado es
hoy estarás con migo en el paraíso
he ahí tu hijo he hay tu madre
porque me as desamparado
tengo sed
padre en tus manos encomiendo tu espiritu
consumado es
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6
Estas son las siete declaraciones de Jesucristo hechas en la cruz (sin un orden en particular).
(1) Mateo 27:46 nos dice que “alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI? Esto es: DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?” Aquí Jesús estaba expresando Sus sentimientos de abandono al haber colocado Dios los pecados del mundo en Él – y por esta razón, Dios tenía que “volver Su rostro” de Jesús. Mientras Jesús estaba sintiendo ese enorme peso del pecado, Él estaba experimentando Su separación de Dios Padre por única vez en toda la eternidad. Esto también fue en cumplimiento a la declaración profética en el Salmo 22:1.
(2) “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (Lucas 23:34). Aquellos que crucificaron a Jesús no estaban conscientes del alcance total de lo que estaban haciendo, porque ellos no lo reconocían como el Mesías. Su ignorancia de la divina verdad no significaba que merecieran el perdón, y la oración de Cristo en medio de sus burlas hacia Él, es una expresión de la ilimitada compasión de Su gracia divina.
(3) “En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:43). En esta declaración, Jesús está asegurando a uno de los criminales en la cruz, que cuando él muriera, estaría con Jesús en el Cielo. Esto estaba garantizado porque aún en la hora de su muerte, el criminal había expresado su fe en Jesús, reconociéndolo como lo que Él era (Lucas 23:42).
(4) “Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU.” (Lucas 23:46) Aquí, Jesús está abandonando voluntariamente Su alma en las manos del Padre, indicando que Él estaba por morir y que Dios había aceptado Su sacrificio. Él “se ofreció a Sí mismo sin mancha a Dios,” (Hebreos 9:14).
(5) “¡Mujer, he ahí tu hijo! y “’He ahí tu madre! Cuando Jesús vio a Su madre de pie cerca de la cruz con el apóstol Juan, a quien Él amaba, Él encomendó en las manos de Juan el cuidado de Su madre. Y desde aquella hora Juan la recibió en su propia casa (Juan 19:26-27). En este verso Jesús, siempre el Hijo compasivo, se está asegurando de que Su madre terrenal sea cuidada después de Su muerte.
(6) “Tengo sed” (Juan 19:28). Jesús está cumpliendo aquí la profecía Mesiánica del Salmo 69:21: Y por comida me dieron hiel, y para mi sed me dieron a beber vinagre.” Al decir que estaba sediento, los guardias romanos respondieron dándole vinagre, que era lo acostumbrado en una crucifixión, con lo cual daba cumplimiento a la profecía.
(7) “¡Consumado es!” (Juan 19:30) Las últimas palabras de Jesús significaron que Su sufrimiento había terminado, así como toda la obra que Su Padre le había encomendado realizar, que era, predicar el Evangelio, obrar milagros y obtener la eterna salvación para Su pueblo, todo estaba hecho, terminado y cumplido. La deuda por el pecado estaba pagada.
(1) Mateo 27:46 nos dice que “alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI? Esto es: DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?” Aquí Jesús estaba expresando Sus sentimientos de abandono al haber colocado Dios los pecados del mundo en Él – y por esta razón, Dios tenía que “volver Su rostro” de Jesús. Mientras Jesús estaba sintiendo ese enorme peso del pecado, Él estaba experimentando Su separación de Dios Padre por única vez en toda la eternidad. Esto también fue en cumplimiento a la declaración profética en el Salmo 22:1.
(2) “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (Lucas 23:34). Aquellos que crucificaron a Jesús no estaban conscientes del alcance total de lo que estaban haciendo, porque ellos no lo reconocían como el Mesías. Su ignorancia de la divina verdad no significaba que merecieran el perdón, y la oración de Cristo en medio de sus burlas hacia Él, es una expresión de la ilimitada compasión de Su gracia divina.
(3) “En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:43). En esta declaración, Jesús está asegurando a uno de los criminales en la cruz, que cuando él muriera, estaría con Jesús en el Cielo. Esto estaba garantizado porque aún en la hora de su muerte, el criminal había expresado su fe en Jesús, reconociéndolo como lo que Él era (Lucas 23:42).
(4) “Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU.” (Lucas 23:46) Aquí, Jesús está abandonando voluntariamente Su alma en las manos del Padre, indicando que Él estaba por morir y que Dios había aceptado Su sacrificio. Él “se ofreció a Sí mismo sin mancha a Dios,” (Hebreos 9:14).
(5) “¡Mujer, he ahí tu hijo! y “’He ahí tu madre! Cuando Jesús vio a Su madre de pie cerca de la cruz con el apóstol Juan, a quien Él amaba, Él encomendó en las manos de Juan el cuidado de Su madre. Y desde aquella hora Juan la recibió en su propia casa (Juan 19:26-27). En este verso Jesús, siempre el Hijo compasivo, se está asegurando de que Su madre terrenal sea cuidada después de Su muerte.
(6) “Tengo sed” (Juan 19:28). Jesús está cumpliendo aquí la profecía Mesiánica del Salmo 69:21: Y por comida me dieron hiel, y para mi sed me dieron a beber vinagre.” Al decir que estaba sediento, los guardias romanos respondieron dándole vinagre, que era lo acostumbrado en una crucifixión, con lo cual daba cumplimiento a la profecía.
(7) “¡Consumado es!” (Juan 19:30) Las últimas palabras de Jesús significaron que Su sufrimiento había terminado, así como toda la obra que Su Padre le había encomendado realizar, que era, predicar el Evangelio, obrar milagros y obtener la eterna salvación para Su pueblo, todo estaba hecho, terminado y cumplido. La deuda por el pecado estaba pagada.
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