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La seguridad alimentaria es el derecho que tienen todas las personas en todo momento al acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades nutricionales y sus preferencias alimentarias a fin de llevar una vida activa y sana (Cumbre Mundial sobre la Alimentación, 1996)
La seguridad alimentaria tiene tres propósitos específicos: asegurar una producción adecuada de alimentos, conseguir la máxima estabilidad en sus flujos y garantizar el acceso a los alimentos disponibles por parte de quienes lo necesitan. En este concepto, además de los problemas de acceso a los mercados por los países deficitarios y la creación de fondos de reserva de alimentos, se incluyen problemas relativos al desarrollo agrícola y rural, la producción alimentaria, el comercio internacional, los mecanismos de estabilización y, en particular, las mejoras en las condiciones de acceso alimentario de los pobres.
El factor principal de las dificultades de acceso a los alimentos y de la seguridad alimentaria es la pobreza. Los pobres no tienen los medios o los derechos suficientes para asegurarse el acceso a los alimentos aunque estén disponibles localmente, y son los primeros que sufren las consecuencias de un descenso de la disponibilidad o una elevación de los precios de los alimentos.
A su vez la pobreza, la seguridad alimentaria y la desnutrición, constituyen la resultante de una compleja red de interrelaciones de las estructuras productivas y de poder, la ideología y la organización jurídica institucional, cuyo conjunto determina el estilo global de desarrollo y establece, por consiguiente, los alcances y las limitaciones tanto de la política alimentaria y nutricional como de aquellas tendientes a erradicar la pobreza.
Por lo tanto, el análisis de los problemas relacionados con la seguridad alimentaria y la nutrición y las estrategias y acciones para superarlos necesitan de un enfoque intersectorial y multidisciplinario del complejo de condiciones ecológicas, económicas, sociales y culturales que afectan al país, la comunidad y el individuo. El estudio de los diversos factores que inciden en el sistema alimentario ofrece el marco de referencia adecuado para sistematizar dicho análisis.
Para efectuar un diagnóstico y establecer una política de seguridad alimentaria corresponde considerar en qué medida la disponibilidad u oferta alimentaria ha sido: i) suficiente para satisfacer la demanda efectiva y las necesidades básicas de quienes carecen de poder adquisitivo para expresarlas en demanda de mercado; ii) estable en lo que a magnitud de las fluctuaciones de la oferta se refiere; iii) autónoma a niveles política y económicamente aceptables de dependencia; iv) sustentable en relación a la capacidad de asegurar en el tiempo las condiciones anteriores, evitando el deterioro de los recursos renovables; y v) inocua en términos de su incidencia sobre la salud de la población (Morón y Schejtman, 1997).
Las reformas agrícolas introducidas en muchos países entre 1970 y 1990 han mejorado la disponibilidad de alimentos en la región, aunque no de una manera sostenida en el último decenio. Según la Sexta Encuesta Alimentaria Mundial de la FAO (FAO, 1996), la disponibilidad de energía alimentaria per cápita en América Latina y el Caribe fue de 2510 kcal/día en 1969-71, 2720 kcal/día en 1979-81 2740 kcal/día en 1990-92. El incremento anual medio en el primer periodo fue de 0,8% y en el segundo de 0,0%, siendo la única región del mundo que no aumentó su disponibilidad en este último lapso a excepción del Sub-Sahara en Africa, que fue negativo.
Además de la caída o estancamiento de la suficiencia energética; su impacto sobre los niveles de estabilidad fueron ambiguos y las dificultades para importar redujeron los niveles de dependencia eterna, a costa del cambio de composición de la dieta.
Una primera aproximación para determinar la equidad en el acceso a los alimentos es la estimación de la pobreza, dado que para definir la línea de la pobreza se utiliza el costo de la canasta básica de alimentos para satisfacer los requerimientos energético - proteicos. En términos absolutos, el número de personas bajo la línea de pobreza pasó cerca de 120 millones en 1970 a 136 millones en 1980 y a 196 millones en 1990, lo que presenta el 46% de la población (CEPAL, 1994 y 1996). En otras palabras, mientras en la década del 70 el número de pobres creció a una tasa del orden del 1%, entre 1980 y 1990 lo hizo a una tasa acumulativa anual de 3,3%, como consecuencia de la crisis. Como es de esperar, la proporción de la población pobre e indigente es significativamente más alta en el sector rural que en el sector urbano.
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si. puesto que el tarwi tiene un valor nitricional excepcional por su gran catidad de proteinas vitaminas y minerales y sus propiedades fueron muy apreciadas por las culturas andinas desde tiempos prehispanicos
y la quina tiene un alto aporte de fibra, fosforo, y acidos folico y contiene una importante cantidad de vitaminas y minerales
espero y te sirva