Respuestas
Respuesta:Apoya a tus zoológicos, acuarios o centros de rehabilitación de fauna salvaje locales. Trabajan sin descanso para salvar animales salvajes los 365 días del año. Muchas especies solo existen en cautividad, de forma que cuando apoyas a un zoo local acreditado, tu dinero se destina directamente a criar y salvar animales poco comunes.
Planta un jardín de polinizadores para salvar abejas y mariposas, y cuida tu jardín de forma natural, sin emplear plaguicidas, herbicidas y fertilizantes, ya que son venenosos para nuestros amigos los insectos polinizadores. Escoge plantas que sean autóctonas de la zona y del país en el que vives. Si combinas un jardín de polinizadores con cuidados orgánicos, este será un refugio para polinizadores como mariposas y abejas. Puedes leer nuestro PDF interactivo (en inglés) sobre cómo ayudar a los polinizadores haciendo clic aquí.
Reduce, reutiliza y recicla lo que compres. El reciclaje es el último recurso, ya que se necesita mucha energía para descomponer y recomponer materiales. Es mejor comprar menos y reutilizar más. También es importante comprar ropa de segunda mano, ya que la industria de la moda es la segunda más contaminante tras la del petróleo. ¡Ser sostenible está de moda!
Usa menos plástico a diario dejando de utilizar objetos de un solo uso, como las bolsas de plástico, las cápsulas de café y las pajitas y tapaderas de plástico de las cafeterías. El plástico no se biodegrada por completo y es muy perjudicial para la fauna marina en particular. Usa bolsas de la compra reutilizables y lleva tu propia taza si sabes que vas a comprar una bebida. Muchas cafeterías ofrecen un descuento si traes tu propia taza.
¡Come más sano! Come menos carne y consume alimentos locales cuando sea posible. La producción de carne gasta mucha energía, grano y agua. Intenta limitar tu consumo de carne a unas pocas veces por semana. Si compras frutas y verduras de producción local, apoyarás a los agricultores locales y no serán necesarias las emisiones de carbono de un camión que te las traiga desde la otra punta del país. Además, es más probable que sean orgánicas y que sepan mejor, así que escoge lo mejor para tu cuerpo y para el planeta.
Lee el etiquetado de los alimentos y no compres productos que contengan aceite de palma. El aceite de palma se encuentra en hasta el 50 por ciento de los alimentos de un supermercado y, si procede de fuentes poco éticas, contribuye a la deforestación y la pérdida de hábitat. También puedes visitar la página web de Roundtable on Sustainable Palm Oil (RSPO) cuando hagas la compra para acceder a la lista de empresas que cultivan palma aceitera de forma que no afecte negativamente a la fauna salvaje.
¿Eres fan del sushi? La mayor parte de los productos del mar no se pescan o se crían de forma sana para los océanos o las poblaciones. Comprueba qué pescados y mariscos escoger cuando compres o comas fuera con la app Seafood Watch de la página web del Acuario de la bahía de Monterrey.
Conduce un coche más pequeño y conduce menos. Es hora de replantearte el desplazarte solo en un todoterreno o una camioneta. Aunque la gasolina sea barata, expulsar más carbono del necesario al aire es perjudicial para el medio ambiente. También es ideal comprar un coche usado, ya que el proceso de fabricación de un coche nuevo, de elevado consumo energético, supone hasta el 28 por ciento del impacto medioambiental total del vehículo. Además, desde el momento que sacas del concesionario un coche nuevo, su valor disminuye hasta un 11 por ciento. Piensa en tu cartera y en la Tierra: compra un coche usado más pequeño y comparte coche siempre que sea posible.
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