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Respuesta:
Jacob vivía con todos sus hijos y criados en la tierra de Canaán. Los hermanos le tenían envidia a José y un día resolvieron matarlo, pero uno de los hermanos lo impidió y decidieron venderlo como esclavo a unos comerciantes que iban para Egipto.
Ya en Egipto José padeció muchos trabajos, pero un día el Faraón tuvo un sueño misterioso y andaba preocupado porque nadie sabía explicárselo. José fue llevado al palacio e interpreta exactamente el sueño de las siete vacas gordas y las siete flacas. Por esa causa, llego a ser el primer ministro de todo Egipto.
Poco tiempo después, Jacob y sus hermanos tuvieron que partir a Egipto debido al hambre que se padecía en Palestina, y allí se encontraron con José, quien generosamente los recibió y les perdonó lo que habían hechos sus hermanos.
Jacob estaba muy anciano e iba a morir. Llamó a todos sus hijos para bendecirlos. Uno de ellos Judá, a quien le dijo: “No faltará de Judá el cetro hasta que venga Aquel a quien está reservado, y a Él obedecerán todos los pueblos”. Es así como Jacob anuncia la venida de Jesús el Salvador.
Los hijos de Israel crecieron y se multiplicaron en Egipto llegando a ser muchos y muy poderosos, pero sin mezclarse con ninguna raza.
El faraón, que era el rey de Egipto, se propuso impedir que siguieran creciendo, los consideró como enemigos y ordenó tratarlos como esclavos; mandó a matar a todos los niños varones recién nacidos del pueblo de Israel.
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