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Es un hecho constatado que la resistencia aumenta, de forma más o menos constante, a lo largo de la infancia y la adolescencia, y que representa un factor de primer orden en el mantenimiento de la salud.
Desde edades muy tempranas el organismo está preparado (tanto a nivel cardio- respiratorio como metabólico), para poder realizar trabajos en busca de la mejora de la resistencia aeróbica.
Cuanto antes se pueda comenzar dicha labor será mucho mejor para el desarrollo posterior.
Recordamos que la resistencia anaeróbica es una capacidad fundamental para el futbolista, pero es una cualidad poco propicia para el desarrollo en las primeras edades e incluso un exceso de trabajo anaeróbico puede suponer un peligro para el propio desarrollo biológico.
La actividad anaeróbica sufre una aceleración importante en la pubertad. Esta es la edad más adecuada para el inicio y el desarrollo de este tipo de resistencia.
La entrenabilidad de la tresistencia aeróbica aumenta considerablemente a partir de los 8 años por la posible hipertrofia del músculo cardíaco. Hasta los 10 años debe realizarse un tratamiento integrado de la resistencia, fundamentalmente por métodos naturales- continuos, en el conjunto de las actividades físicas, evitando su preparación específica la resistencia aeróbica.
A los 8-9 años se produce un aumento significativo en el rendimiento del niño, a los 11 años un relativo estancamiento y en torno a los 13 años se comprueba que los chicos experimentan un gran aumento, mientras que las chicas no solo no la aumentan, sino que en muchos casos se estancan. Por tanto, los chicos poseen mejores requisitos para el entrenamiento de la resistencia en estas edades.
De los 15 a los 17 años, la capacidad de resistencia aumenta considerablemente, alcanzándose niveles máximos de resistencia aláctica. En torno a los 20 años será cuando el individuo esté preparado para realizar esfuerzos intensivos, que supongan la mejora de la resistencia anaeróbica láctica, ya que el organismo estará más preparado para tolerar la acumulación de lactato.
Entre los 20 y 30 años, tenemos la fase de mayor capacidad, tanto para esfuerzos aeróbicos como anaeróbicos. De los 30 años en adelante, la resistencia comienza a decaer, aunque más lenta que la fuerza y la velocidad. En estas edades, con un trabajo adecuado se puede mantener a niveles muy altos.
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