Respuestas
Respuesta:
La propagación del coronavirus que ocasionó la pandemia actual ha sido, gracias a la globalización y la velocidad de los medios de transporte, la más rápida de la historia.
En los meses que lleva el virus circulando la cantidad de fallecidos es de algo más de 180.000 personas a nivel mundial, una cantidad mucho menor a las decenas de millones de fallecidos en las grandes epidemias del pasado. Las políticas que han tomado los gobiernos han sido principalmente de cierre de fronteras, aislamiento social y protección de los sistemas de salud para evitar su colapso. En consecuencia, vastos sectores de la economía se han paralizado, ha disminuido el empleo y se han dañado las cadenas de pagos, generando la imperiosa necesidad de intervenciones públicas para disminuir el impacto que esto tiene y tendrá en el largo plazo en las economías nacionales y en la economía mundial.
Es importante destacar que a diferencia de las grandes epidemias del pasado, la actual nos encuentra con estados más desarrollados, con mayores recursos y, particularmente, con mejores sistemas de salud. Esto no evitó, sin embargo, que la actividad económica se viera rápidamente afectada; hoy el gran desafío es frenar la pandemia, a la vez que mitigar la crisis económica. El aumento del gasto público se hace necesario, tanto para tener un sistema de salud en condiciones como para minimizar la crisis y reactivar la economía. El Estado uruguayo cuenta con capacidades y recursos para mitigar los efectos económicos de la pandemia, y por lo pronto podemos pensar que la mayor parte de la población del país considera indispensable la intervención estatal en este contexto.
Breve repaso histórico
Epidemias y pandemias han sido catástrofes recurrentes para las sociedades humanas. Aunque es difícil encontrar en la historia enemigos invisibles que hayan provocado la paralización de la economía y la vida social de regiones enteras del mundo, lo cierto es que es muy fácil encontrar epidemias que fueron, tanto en términos absolutos como relativos, mucho más mortíferas que la actual pandemia de COVID-19.
Explicación: