Respuestas
Respuesta:
Explicación:
esús y sus primeros discípulos fueron judíos. El cristianismo continuó utilizando las escrituras sagradas hebreas, convirtiéndose el Tanaj en lo que hoy se conoce como el Antiguo Testamento. Aceptando muchas doctrinas fundamentales del judaísmo, como el monoteísmo, el libre albedrío y el Mesías, término hebreo usualmente traducido como mesías en español, y su equivalente Cristo (Cristos "[el] ungido" en griego).
Relaciones con el mundo helenista
La Tierra de Israel fue sumamente disputada por los antiguos imperios, debido en gran parte a su ubicación geográfica. Estaba en medio de dos grandes rutas comerciales: Egipto y Mesopotamia, Arabia y Asia Menor. Alejandro Magno que derrotó a los persas y se adueñó de Palestina, cuando fue recibido en triunfo en Jerusalén, fue considerado por muchos el mesías tan esperado. Tras la muerte de Alejandro (323 a. C.), Ptolomeo I se posesiona de Egipto, Seleuco I se adueña de Asiria y nuevamente Palestina queda en discordia. Recordando la ideología de Alejandro, que era unir a toda la humanidad bajo una misma civilización de tonalidad marcadamente griega (fusión denominada Helenismo), esta fusión combinaba elementos griegos con otros tomados de las civilizaciones conquistadas, aún variando de región en región. Esto le dio una unidad a la cuenca del Mediterráneo, que serviría a la expansión del Imperio romano y al cristianismo mediante la predicación del Evangelio. Para los judíos el helenismo era una amenaza para su religión, pues la filosofía helenística era politeísta. La presión del helenismo era constante y la fidelidad de los judíos a su Dios y a sus tradiciones también. Esta presión desató una rebelión por una parte de los judíos macabeos, quienes se rebelaron contra el helenismo de los seléucidas, quienes pretendían imponer sus ideales.
Posteriormente, se presenta el romano Pompeyo en el 63 a. C., quien toma Palestina deponiendo al último de los macabeos, Aristóbulo II. La política romana era tolerante a la religión y las costumbres de los pueblos conquistados. Herodes I, que no era de etnia hebrea sino idumeo, aunque judío por religión, hizo todo lo posible por introducir el helenismo, a tal grado que, para agradar a los romanos, intentó colocar un águila en la entrada del Templo de Jerusalén, lo cual provocó una rebelión nuevamente, que se sofocó con dos mil crucifixiones.