los mitos y leyendas eran parte de la cultura explica porque conoces alguno de ellos escribe sólo el título​

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Respuesta dada por: fernandamaldonado07
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La relación entre los mitos y los diversos tipos de literatura, sea ésta oral o escrita -al igual que los propios mitos, que podemos encontrarlos tanto por escrito, como por vía de la tradición oral-, es sumamente prolija, a juzgar por la gran variedad de autores que han tratado abundantemente la cuestión (hasta el punto de que, en el plano de los estudios mitológicos, las relaciones entre cuentos y mitos han llegado a constituir una suerte de tópico ineludible, que hace hincapié en la importancia fundamental de esa distinción para poder arribar a una comprensión plena del carácter propio de los mitos)1. Así, encontramos que las opiniones de los diversos autores que aquí trataremos están divididas, fundamentalmente, en torno a la cuestión de si los mitos y los cuentos poseen o no diferencias esenciales entre sí. El primero de tales autores a tratar es Bronislaw Malinowski, por la claridad de su exposición y también porque su obra es considerada como clásica en relación al tema que nos ocupa.2 La división de géneros de la literatura oral que Malinowski presenta ofrece las siguientes peculiaridades:

Las distinciones (junto a los puntos comunes), entre cuentos leyendas y mitos provienen de un estudio de corte "emic" (esto es, con las categorías propias de la cultura a estudiar), efectuado entre los nativos de las islas Trobriand y, por tanto, son ellos mismos quienes marcan las pautas diferenciadoras entre los distintos géneros narrativos.

La neta demarcación que establece el estudio de Malinowski permite comprender con mayor facilidad el resto de clasificaciones que ofrecen otros autores, así como los posicionamientos que adoptan unos y otros respecto del tema a tratar, esto es, las diferencias y afinidades entre los mitos y otros tipos de relatos.

Tal como se desprende del trabajo de campo de nuestro presente autor, los trobriandeses distinguen entre al menos tres tipos de narraciones : los kukwanebu (cuentos), los libwogwo (leyendas, sagas y narraciones históricas) y los liliu (mitos). La primera clasificación comprende aquellos relatos ficcionales (Märchen) cuya principal finalidad es meramente recreativa, esto es, son narraciones consideradas fantasiosas, destinadas al solaz y esparcimiento de los oyentes. En términos del propio Malinowski, este tipo de relatos (los kukwanebu), son asimilables a lo que en nuestra cultura calificamos usualmente como "cuentos populares" o "cuentos maravillosos"3. Sin embargo, existen ciertas particularidades inherentes al contexto que merecen ser citadas, de cara a su futuro contraste con las funciones que Roger Pinon atribuye a los cuentos, de las cuales nos ocuparemos más adelante. En síntesis esquemática, las peculiaridades contextuales enumeradas por Malinowski, respecto de los kukwanebu, son las siguientes :

Estos relatos no son considerados como verdaderos.

La época considerada por los nativos como propia de los cuentos maravillosos o, dicho de otra manera, la "estación de los cuentos maravillosos" si seguimos a nuestro autor, se ubica hacia finales de noviembre, cuando ni la mar ni los campos requieren laboreo alguno, y cuando el tiempo es lo suficientemente intempestivo como para que los indígenas se vean incoados a refugiarse en sus cabañas con cierta asiduidad.

El momento más adecuado del día para contar los kukwanebu es el anochecer, cuando el ambiente tórnase impregnado de sociabilidad en derredor del fuego comunal.

Existe una creencia que -como señala Malinowski- no es tomada totalmente en serio, acerca de que la narración de estos cuentos maravillosos resulta beneficiosa para los nuevos plantíos que han sido sembrados recientemente en los huertos.

Cada relato, aunque es conocido prácticamente por todos los miembros de la comunidad, tiene una suerte de "propietario" al que se le atribuye el derecho a recitarlo o a autorizar a otro a que lo haga por él.

Buena parte del "efecto" de la narración se apoya sobre las habilidades comunicativas del narrador o "dueño" del relato. Al margen del propio contenido del cuento (que, por supuesto, es importante), son las habilidades sociales del narrador las que permiten fomentar la participación colectiva, con lo que el relato pasa a ser una representación en la que todos intervienen. De forma análoga a las narraciones del rapsoda homérico, el tono de voz, la mímica con la que se acompaña la narración, y la participación del auditorio, cobran suma importancia.


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