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El tipo de escritura de Mesopotamia es conocido como escritura cuneiforme. Fue creada durante la revolución neolítica (4.000- 1.8000 a.c.), era en la que la economía habría sido manejada por los líderes de los templos religiosos.
Esta forma de escribir nació dada la creciente necesidad de mantener registradas las transacciones económicas para su correcta contaduría y distribución.

Origen de la escritura cuneiforme utilizada en Mesopotamia
El origen de la escritura cuneiforme data desde la creación de la primera ciudad conocida en la historia del mundo como Uruk, en la región de Sumeria.
Esta ciudad contaba con un sistema político y social definido, liderado por un rey sacerdotal.
Los sumerios fueron los primeros en escribir sobre tablillas conceptos no abstractos. Sin embargo, la escritura cuneiforme fue más tarde copiada por otros idiomas.
Una de las primeras muestras de escritura presenta una lista de 120 oficiales que formaban parte de la estructura política de la ciudad. Se cree que el desarrollo de esta ciudad se debe al nacimiento de la escritura cuneiforme.
La escritura cuneiforme era realizada en tablillas. Estas eran hechas de arcilla, ya que era un recurso económico y abundante en la región. Después de su fabricación, las tablillas eran humedecidas para dibujar los pictogramas con cañas o palos afilados en forma de cuñas.
Inicialmente, los símbolos se trazaban en dirección de arriba abajo y de derecha a izquierda.
El trazado fue eventualmente direccionado de izquierda a derecha para evitar manchas de arcilla sobre la tablilla.
Luego, las tablillas se horneaban bajo la luz del sol, razón por la cual las tablillas eran generalmente frágiles.
La historia de la escritura Mesopotamia
Una historia de la escritura puede empezar con los más antiguos medios de comunicación visual que todavía existen: las representaciones pictóricas del paleolítico que, con el paso del tiempo, evolucionaron hasta “protoescritura”.
Los primeros sistemas de escritura aparecidos al principio de la época del bronce no representaron una invención brusca. Más bien, ellos se desarrollaron en base a unas tradiciones más antiguas que consistían en distintos sistemas de signos que no se pueden clasificar como escrituras, aunque tenían muchas características muy parecidas a la escritura.
Estos sistemas se pueden describir como “protoescritura” y usan signos ideográficos y/o los primeros símbolos mnemónicos (que ayudan la memoria) para transmitir informaciones. Pero probablemente, les faltaba el contenido lingüístico directo y aparecieron en el período del neolítico temprano, en al milenio VII a.C.
Las primeras pruebas de escritura son las tablas de arcilla encontradas en Mesopotamia, alrededor de la ciudad Uruk, datándose en el año 3200 a.C.; son pequeños trozos de arcilla, de forma aproximadamente rectangular, con imágenes grabadas estilizadas de animales planas o de herramientas - llamadas “pictogramas” – y también otros signos abstractos mucho más numerosos, interpretados como números. El uso de los pictogramas fue el primer intento sistemático de fijar el lenguaje, pero se trataba de un uso bastante limitado. A través de los pictogramas se podían representar objetos concretos, pero no se podía reproducir la articulación de la frase. Dado que el código lo conocía solamente el que conocía el significado de los dibujos, las tablillas de Uruk no fueron completamente descifradas.
La grafía de los signos cambió continuamente, a la vez de la evolución de su sentido. La estilización ganó cada vez más importancia debido a la dificultad de trazar líneas complejas en la capa de arcilla húmeda. Al final, los símbolos llegaron a tener forma de clavos, de donde resulta el nombre de escritura cuneiforme. Alrededor de 2800 a.C, la escritura cuneiforme se desarrolló plenamente, llegando a ser la escritura de las actas diplomáticas, de los textos religiosos difundidos en un vasto territorio del oriente próximo. Los signos de la escritura cuneiforme fueron descifrados solo a mediados del siglo XIX.
Es en este contexto es en el que aparece una categoría especial de personas, los escribanos, que tenían privilegios y poder dentro de la sociedad.
Aunque no se sepa por qué, la escritura cuneiforme se propagó en todo el Oriente Próximo. Incluso en Egipto, que tenía su propio sistema perfeccionado de escritura (ver más abajo), se usaba la escritura cuneiforme en la correspondencia diplomática.
Los más antiguos recientes con escritura cuneiforme proceden del siglo I a.C., también en la ciudadela de Uruk, el lugar donde más de tres mil años atrás había aparecido esta escritura