¿Por que el gobierno austro-húngaro atribuyó la responsabilidad del atentado a una conspiración serbia? ¿ a qué situación se refiere el artículo cuando habla de " espíritu nacionalista " ?
Respuestas
En el último capítulo de su libro de memorias “La Historia que he vivido”, Carlos
Ibarguren destaca su sorpresa ante el estallido de la revolución del 4 de junio de 1943, de
cuya preparación no tenía referencia alguna pese a su actividad política y amistades
militares. De igual modo, Arturo Jauretche rememora que en la noche del 3 al 4 de junio
de aquel año se encontró casualmente con los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta, quienes
le afirmaron que una revolución era inminente, pero se trataba de la permanentemente
anunciada en los ambientes nacionalistas, la cual casi invariablemente estaba comandada
por el general Benjamín Menéndez. Por su parte, Jauretche tenía su versión de un
levantamiento militar para las próximas horas, en este caso inspirado por el radicalismo y
dirigido presuntamente por el general Severo Toranzo, un rumor tan sostenido en el
tiempo como el de la revolución nacionalista.
Estos testimonios de figuras tan al tanto de la política de entonces revelan cómo el
verdadero movimiento de aquella fecha se desarrolló por entero dentro de las filas
militares con el sigilo propio de las acciones de guerra. Es un episodio atípico en la
colección de las revoluciones argentinas, casi invariablemente instrumentadas por el
partido opositor y con participación de civiles, como en 1874, 1880, 1890, 1893, 1905 y
1930, y cual lo serían también de manera parecida las de 1955, 1966 y 1976.
El desenvolvimiento posterior del gobierno constituído el 4 de junio manifestó
además la existencia de un plan de acción política elaborado en los cuarteles a puertas
cerradas, aunque se convocó a algunos civiles para colaborar en su ejecución. Parecía
llegada “la hora de la espada” anunciada por Leopoldo Lugones algunos años antes; sin
embargo, lo que el poeta predecía jubiloso era sólo un proceso de moralización de la vida
pública a través de las virtudes marciales, mientras que esto pretendía superar aquel
proyecto con una serie de medidas destinadas a transformar la realidad política,
económica y social de la Argentina.
El gran historiador Pierre Chanu ha demostrado que existe lo que llama ondas de
larga duración en la vida de las naciones; con ello se refiere a que los acontecimientos de
una época pueden incidir pesadamente en tiempos muy posteriores, inclusive cuando se
los ignore o se los haya olvidado. Es conveniente valerse de esta advertencia para no
asombrarse de que los revolucionarios del 4 de junio heredaban y reencarnaban un
principio surgido siglo y medio antes y llamado “la nación en armas”.
Entender este concepto y elaborarlo había sido la preocupación central del Estado
Mayor de Prusia inmediatamente después de las guerras napoleónicas. En efecto, los
militares alemanes recordaban con estupor cómo sus ejércitos disciplinados y bien
organizados habían sido derrotados sistemáticamente primero por las milicias de la
revolución francesa y después por el heredero de ésta, el emperador Napoleón