Respuestas
bueno amigo, depende, cada persona tiene un efecto al estudiar y escuchar música, te pregunto que música escuchas para estudiar pero ya que, en la mayoría de personas les ayuda la música tranquila que los ayuda a concentrarse, por ejemplo se busca una música de naturaleza, ayuda bastante.
La organización es el primer paso. Hace que todo lo demás resulte un poco más fácil.
Guarda tus tareas y la información que recibas en clase toda junta en cuadernos o carpetas que estén organizados por materia. Tal vez quieras organizar un cajón de tu casa como archivero para llevar un registro de las investigaciones que has realizado, las tareas que te han devuelto y otros materiales que desees conservar.
Si te das cuenta de que estás metiendo papeles sueltos en tu bolso o llevando distintos cuadernos para la misma clase sólo porque están a mano. Tómate una tarde para volver a organizarte.
Quizá no puedas llevar distintos cuadernos con espiral para cada clase. Una solución es llevar una carpeta que tenga varias divisiones. Otra idea es hacer anotaciones en un solo cuaderno y reescribirlas luego en la carpeta que corresponda. Esto lleva más tiempo, pero es una excelente técnica de estudio porque te permite leer, escribir y, con suerte, resumir todo lo importante de esa día de clases. Cuanto más repases el material, más probable es que lo recuerdes.
Más allá de lo que elijas, lo importante es que el sistema funcione para ti. Si no funciona, cámbialo hasta que encuentres el adecuado.
Planifica con anticipación
Lo más probable es que no cuentes con ayuda cuando tengas que avanzar y trabajar en tus tareas. Puede ser fabuloso ser tu propio jefe, en especial si eres bueno en eso. Sin embargo, no dejes las tareas para último momento; sólo terminarás trabajando el doble para obtener la mitad de los resultados. Los nervios y la ansiedad hacen que resulte difícil mantenerse concentrado y hacer un buen trabajo.
Establece fechas límites. Al principio de cada semestre, confecciona un calendario con las fechas límites. Asegúrate de saber cuáles son las tareas principales (si el profesor no las menciona al principio del semestre, pregúntale) y qué formato van a tener (un informe, una presentación, un proyecto grupal, etc.). Establece metas claras.
Toma en cuenta estas preguntas cuando estés organizando tu calendario: ¿Cuál es el producto final? ¿Cuándo deben terminarse ciertos componentes? Responder a estas preguntas te permitirá priorizar las tareas en función de las fechas límites, el nivel de dificultad y el tiempo que lleva terminarlas.
Incluye compromisos no académicos en tu calendario. Esto te ayudará a ver cuándo estarás corto de tiempo más tarde en el semestre.
Ponte fechas límites intermedias para las etapas de cada proyecto: planificación, investigación, revisión y creación del producto final.
Cumple las fechas límite. Decide cómo vas a lograr cumplir tus plazos. Por ejemplo, ¿vas a recompensarte por haberlos cumplido? Pídeles a tus amigos o tus padres que controlen contigo tus fechas límites intermedias para que no las pospongas. (Sin embargo, si les pides a tus padres que te ayuden, ten cuidado. Cuando te ayuden, recuerda que no te están fastidiando: ¡tú les pediste que controlaran las fechas contigo!
Si tienes dificultad para cumplir los plazos, pero estás intentando mejorar tus hábitos de estudio y organización, habla con tus maestros. Ellos podrán ayudarte a crear metas de corto plazo razonables para un proyecto o examen determinado.
¡Oh, no! ¡Debo entregar en dos días! Si algo sucede y te sorprende la cercanía de una fecha límite o estás atascado y con muy poco tiempo para una entrega, intenta no enloquecer. Realiza un ejercicio de respiración para poder tranquilizarte y concentrarte. Luego delinea una manera de abordar el trabajo. Puedes hacer un calendario de fechas límites por hora o por día si eso te ayuda a estructurar tu tiempo.
Si eres perfeccionista, es bueno que recuerdes que todo el mundo puede perder la noción del tiempo alguna vez. Si te sucede muy a menudo, debes organizarte mejor.