• Asignatura: Historia
  • Autor: britannywilson
  • hace 8 años

cuentenme la leyenda de okiku la muñeca china

Respuestas

Respuesta dada por: erikadenadie
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La muñeca poseída Okiku

La historia de la conocida muñeca Okiku comenzó en 1918, cuando un joven de 17 años llamado Eikichi Suzuki compró una muñeca a su hermana Kikuko, de 2 años, como recuerdo durante su visita a la exposición marina de Saporro, en la isla japonesa de Hokkaidō. La muñeca media unos 40 cm de alto y vestía con un kimono tradicional japonés. Sus ojos parecían perlas negras dentro de una cara blanca de porcelana hiperrealista, y con un pelo negro hasta el hombro de corte tradicional. Eikichi inmediatamente supo que esa muñeca era para su hermana y cuando la vio la compró de inmediato.

Y así fue, la niña disfrutaba con su nueva muñeca, y jugaba con ella todos los días, incluso le puso un nombre, Okiku. Los dos eran inseparables, iban juntas a todas partes hasta que la tragedia llegó a la familia. La pequeña de la casa se puso muy enferma y murió al poco tiempo debido a complicaciones con la gripe y la fiebre. En memoria de su pequeña hija, la familia colocó su amada muñeca Okiku en un altar.

Fenómenos sobrenaturales

Pero no pasó mucho tiempo hasta que la desconsolada familia comenzara a notar algo extraño en la casa. El pelo negro azabache de la muñeca, que había sido recortado hasta los hombros con un estilo tradicional, comenzó a crecer y a despeinarse misteriosamente. En poco tiempo, el pelo había crecido hasta las rodillas de la muñeca, lo que causó que la familia creyera  que el espíritu de Kikuko estaba de alguna manera en la muñeca. Incluso cuando volvieron a cortar el pelo de la muñeca, este volvía a crecer inexplicablemente y siempre parándose en las rodillas.


britannywilson: ohhh
britannywilson: no lo sabia gracias
erikadenadie: de nada
Respuesta dada por: mariacamila11091
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es una muñeca japonesa .

En Japón, tierra de mitos, ocurrió hace más de ocho décadas el increíble caso de Okiku, la muñeca poseída presuntamente por un espíritu y cuyo cabello no para de crecer. La historia de este sobrenatural juguete se relaciona con una pequeña niña japonesa llamada Kikuko Suzuki, de tres años de edad, quien en 1932 contrajo una grave enfermedad que la obligó a guardar cama durante algunos meses.Durante su convalecencia, el hermano mayor de Kikuko, Eikichi Suzuki, de 17 años, visitó la ciudad de Hokkaido (Sapporo), lugar donde le compró un regalo a su pequeña hermana enferma. Se trataba de una simpática e inofensiva muñeca que media unos 40 cms. de alto, tenía un pelo negro cortado a la altura de los hombros y vestía con un kimono tradicional japonés. Sus ojos, además. parecían perlas negras dentro de una cara blanca de porcelana hiperrealista. En cuanto Eikichi vio la muñeca, supo inmediatamente que parecía hecha especialmente para su hermana; Cuando Kikuko recibió la muñeca de manos de su hermano no volvió a separarse de ella. De inmediato la bautizó con el nombre de Okiku, jugaba a diario con ella, la cuidaba a conciencia para que no sufriese daños y le hablaba en los típicos juegos infantiles que suelen jugar las niñas de corta edad. No obstante, con el paso del tiempo la salud de Kikuko comenzó a empeorar. Tanto, que, en enero de 1933, la niña falleció tras pasar algo más de cinco meses postrada en su cama, acompañada a diario por su inseparable muñeca.

Como era costumbre en Japón, el día de la cremación del cadáver de Kikuko sus familiares colocaron los objetos que la niña más estimaba para que se quemaran junto a ella, pero debido al gran dolor de su pérdida, la familia olvidó dejar la muñeca entre los objetos que debían incinerarse. Contrarios a quemarla posteriormente, la familia decidió  conservar la muñeca colocándola algunos días después junto a las cenizas de la pequeña en un pequeño altar dentro de la vivienda familiar.Sin embargo, con el paso del tiempo la familia se percató, con miedo, que el cabello color azabache y liso de la muñeca, que había sido cortado hasta los hombros en un estilo tradicional, comenzaba inexplicablemente a crecer. 


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