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La semana pasada tuve la oportunidad de conocer una startup en San Francisco llamada Brigade. Lo único que se sabe hasta ahora de la misma es que nace de la necesidad de aprovechar el poder de la tecnología para fortalecer la democracia. El resto se mantiene en secreto ya que todavía faltan seis meses para el lanzamiento de su producto.
Algunas personas involucradas en ¨civic tech¨ predicen su fracaso basadas en las escasas o casi nulas experiencias de éxito de las startups que intentan fortalecer el compromiso cívico. Sin embargo Brigade cuenta con la ventaja de tener en su directorio a talentos de alto perfil como es el caso de Sean Parker (primer presidente de Facebook), además de contar con una inversión tres veces mayor a la que recibe cualquier startup del área en la misma etapa de desarrollo.
Según Matt Mahan – Director Ejecutivo de Brigade – la razón por la que decidió invertir su tiempo en solucionar problemas del sector público es debido a las inmensas oportunidades de impacto real que puede llegar a generar en la sociedad. El mismo explica que la tecnología ha ayudado a generar startups exitosas en varios sectores como el personal y profesional, donde se encuentran las plataformas sociales (Facebook, Twitter), de mensajería (Whatsapp), de comercio (Amazon), negocios en general o plataformas de alguna industria específica.
Por otro lado, en el Sector público o el ¨Sector olvidado¨ que comprende áreas como educación, caridad, ahorros, salud, elecciones y política entre otros, son pocas las startups que logran posicionarse como plataformas de millones o billones de usuarios y de grandes recaudaciones.