Respuestas
El expresidente ecuatoriano Osvaldo Hurtado Larrea es conocido por afrontar una de las más duras crisis económicas que viviera el Ecuador a inicios de la década del '90; sin embargo, es recordado por la Sucretización de la deuda externa, lo que incidió negativamente en su imagen política, siendo uno de los más impopulares presidentes del país andino.
En el año 1980 publicó su primera obra, titulada Polítical Power in Ecuador, un ensayo que retrata la realidad interna del país y los factores dominantes; una década más tarde publica Política Democrática, y nueve años después, en 1999 publica Nuestros deberes y responsabilidades, desde el 2002, el expresidente Larrea ha venido publicando obras conscienzadoras del papel de la economía en la política ecuatoriana, como Deuda y Desarrollo en el Ecuador, Las costumbres de los ecuatorianos (2007) y Las dictaduras del siglo XXI
Una vez que asumió la Presidencia de la República, continuó con la realización de las obras
emprendidas por el Presidente Jaime Roldós Aguilera, a medida de las posibilidades económica
del país
El 15 de junio Hurtado se dirigía a los ecuatorianos para explicarles el que, en previsión de una
crisis económica inminente, aceptaran entrar en un régimen de austeridad, pues iba a restringir
el gasto público y a contener el proceso inflacionario. Les anunció, además, que trabajaría por
resolver el problema energético, corregir el carácter concentrador de la economía ecuatoriana
que iba en desmedro del campo y de los pobres, y llevar adelante las reformas educacional,
fiscal, administrativa, política y agraria, constantes en el Plan Nacional de Desarrollo.Propuso una concertación social y solicitó la unión de todos para enfrentar la crisis económica y
mantener la democracia. En el mismo espíritu concertador, propuso -en febrero de 1983- a los
personeros de la Comisión Económica para América Latina realizar "un esfuerzo concertado
para desarrollar la capacidad de respuesta de la región frente a la crisis económica y a los
problemas derivados de la deuda externa". Esta iniciativa llevó a la Celebración de la
Conferencia Económica Latinoamericana de Jefes de Estado en Quito en enero de 1984.[4]
La crisis económica que estalló en 1982 obedecía a causas externas apenas modificables y a
causas internas de manejo difícil: pesaron internamente en la economía nacional el conflicto
fronterizo de 1981, las decisiones del Congreso de 1979, la cuantiosa deuda externa contratada
desde 1973 y el manejo inadecuado de la economía del país, durante su gobierno.[5]
Las élites económicas menospreciaron al presidente, y este las acusó de desleales con Ecuador
y de corruptas. Los trabajadores declararon una huelga general en septiembre de 1982. En los
años más críticos del gobierno de Hurtado, los de 1982 y 1983, Ecuador entró en un juego de
reacciones repetitivas: medidas de ajuste, protesta empresarial desprestigiante, movilización
sindical y estudiantil, retroceso moderado del ajuste. En octubre y noviembre de 1982 la
reacción social fue violenta, en marzo de 1983 los empresarios se declararon en huelga; pero se
mantuvo la democracia, no se abusó de la represión pese al estado de sitio y al toque de queda
impuesto a mediados de octubre de 1982 y levantado a fines de ese mes.[6]
Durante su gobierno convirtió las deudas de dólares de algunos agentes económicos privados
contratadas fuera del país, a deudas en sucres con el Banco Central del Ecuador, por lo que el
Banco asumió el compromiso de pago en dólares frente a los acreedores internacionales, de
esta manera las deudas externas privadas pasaron a engrosar la deuda pública externa. Fue un
proceso de especialización de deudas privadas más conocida como "sucretización" de la deuda
ecuatoriana, que generó elevados perjuicios al Estado ecuatoriano, por un monto acumulado de
US.$ 4.462 millones.[5]
Con la devaluación había aumentado el valor nominal de los sucres de la
deuda externa del sector privado, lo que podía causar quiebras y cierres masivos de plantas
manufactureras y otros negocios. El sector privado alegó que las devaluaciones fueron
causadas por las malas políticas del gobierno. Este convirtió a sucres la deuda externa privada
dolarizada, la denominada "sucretización", y aunque el Banco Central cobró comisiones para
cubrir el riesgo de la tasa de cambio, una proporción grande de este riesgo se transfirió al
Estado, que, además, extendió su garantía a la deuda externa privada. Con esta medida se
compró la estabilidad democrática a un costo muy alto. Las medidas de ajuste fueron tomadas
por el presidente mediante decretos ejecutivos contemplados en la Ley. Y fueron ejecutadas con
firmeza.
En su mensaje presidencial al término del mandato, Hurtado pudo afirmar que "el Gobierno
había tomado firmemente en sus manos el timón de la zozobrante nave del Estado y con la
ayuda del pueblo la había sacado de la tempestad y la entregaba en puerto seguro". Según una
encuesta de Gallup en Quito, Guayaquil y Cuenca, en julio de 1984, un mes antes de la entrega
del mando, la actuación de Hurtado fue calificada de buena por el 42 por ciento de los
encuestados, de regular por un 38 y de mala por un 18 por ciento