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Llamamos helechos a las plantas pteridofitas, las primeras con cormo -tallo engrosado subterráneo del que salen yemas-, sin semilla (son muy basales, no presentan ni flor ni frutos) y con tejidos vasculares (floema y xilema) primitivos formando haces vasculares en su cilindro central que se mantienen durante toda la vida.
Helechos
Llamamos helechos a las plantas pteridofitas, las primeras con cormo -tallo engrosado subterráneo del que salen yemas-, sin semilla (son muy basales, no presentan ni flor ni frutos) y con tejidos vasculares (floema y xilema) primitivos formando haces vasculares en su cilindro central que se mantienen durante toda la vida.
Los primeros fósiles que se encuentran de estas plantas datan del Devónico (416 millones de años), aunque su apogeo se encuentra a finales del Mesozoico (251-65 millones de años).
Su ciclo biológico es haplodiplonte, como el de la mayoría de las plantas, en él se alternan las fases haploide (n) o gametofito y la diploide (2n) o esporofito, ambas con la misma importancia.
Crecen en zonas muy iluminadas en las que la radiación solar no incida directamente.
Necesitan un grado de humedad muy alto siempre, sobre todo en las épocas más calurosas. No soportan cambios bruscos de temperatura ni valores bajos, no sobreviven a las heladas, es por esto que la temperatura debe oscilar entre los 15ºC y 29ºC.
Son, en su mayoría, perennes (el esporofito). En condiciones adversas la parte visible del helecho puede desaparecer.
Actualmente podemos encontrar más de 12.000 especies concentradas la mayor parte en los trópicos y algunas en zonas montañosas húmedas.
Musgos
Son un tipo de plantas briofitas: no tienen tejidos vasculares.
En su ciclo biológico es la forma haploide (n) la que domina y se denomina gametofito mientras que el cuerpo diploide (2n) o esporofito es una forma transitoria.
Esto significa que sus células son haploides (sólo presentan un único juego cromosómico) la mayor parte de su vida. Es el caso contrario a las "plantas superiores" en cuyo caso la etapa haploide queda reducida al polen y al óvulo.
Podemos encontrarlas en gran cantidad en lugares fríos y húmedos en los que hay sombra durante gran parte del día, sobre todo crecen sobre piedras y la corteza de los árboles, en aguas estancadas y en el suelo.
El agua es fundamental para estas plantas porque su reproducción depende de ella.
Tienen un importante papel en el ecosistema porque retienen la humedad del suelo evitando su desecación y pérdida de calidad.
Además podemos encontrar gran número y variedad de invertebrados que viven en ellos.
En algunos sitios se arrancan porque son considerados como malas hierbas, en otros se ven como elementos ornamentales y se usan para adornar en jardines japoneses, por ejemplo.
Hay alrededor de 24.000 especies que se reparten por todo el mundo.