• Asignatura: Historia
  • Autor: daianoaapcjowd
  • hace 9 años

¿Cuál fue la reacción adversa de algunos países europeos tras la crisis del capitalismo?

Respuestas

Respuesta dada por: kancasper2003
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la crisis europea

Factores como su abundancia de recursos naturales, la calidad de su fuerza de trabajo así como salarios fuertemente competitivos y niveles comparativamente bajos de regulación corporativa ayudan a explicar estos notables índices de dinamismo económico a pesar de las deficiencias institucionales y políticas bien conocidas que caracterizan a muchos de esos países.

También existe un interesante y prometedor “polo báltico de crecimiento”, que reúne a los países bálticos, Polonia, la región rusa de San Petersburgo, la parte norte de Alemania, Dinamarca, Suecia y Finlandia. Aquí se da una combinación muy dinámica de capital abundante y tecnología de punta, provistos por países como Alemania, Suecia o Finlandia, y sociedades enormemente abiertas a la inversión y al cambio como las bálticas. Esto forma parte de uno de los hechos de mayor trascendencia futura que están ocurriendo en Europa: una notable reorientación del área germano-nórdica hacia el este europeo, volviendo así hacia lo que podríamos llamar su destino secular, pero ahora no bajo formas de expansionismo militar sino por medio de la cooperación económica. Ello viene a poner fin al sustrato geopolítico de la anomalía histórica que en cierto modo fue la Unión Europea original, producto de una Europa dividida por la Cortina de Hierro y una Alemania Federal volcada hacia el oeste. Esta reordenación de la Europa poscomunista es el tema más interesante acerca del futuro del Viejo Continente pero en este contexto no podemos adentrarnos en el mismo.

La zona euro, hoy en recesión, es el epicentro evidente de esta tendencia, con sus crecientes problemas que se han ido extendiendo con fuerza desde países periféricos pequeños y de una importancia económica limitada, como Grecia, Irlanda o Portugal, a naciones de un peso económico considerable, como España o Italia. Incluso Alemania y Francia, es decir, los pilares mismos de la Unión Europea muestran hoy signos claros de contagio con la “euroepidemia” que arrecia en Europa. La zona euro, hoy en recesión, es el epicentro evidente de esta tendencia, con sus crecientes problemas que se han ido extendiendo con fuerza desde países periféricos pequeños y de una importancia económica limitada, como Grecia, Irlanda o Portugal, a naciones de un peso económico considerable, como España o Italia. Incluso Alemania y Francia, es decir, los pilares mismos de la Unión Europea muestran hoy signos claros de contagio con la “euroepidemia” que arrecia en Europa.

Crisis europea y progreso global

Entender las razones de fondo de estas turbulencias en una zona que parecía predestinada a la prosperidad y que hasta hace no mucho se autoproclamaba como ejemplo encomiable de estabilidad y progreso es un ejercicio importante para todos aquellos que no quieran que sus países se vean abocados a un futuro semejante. A este respecto, lo primero que hay que decir es que lo que allí ha ocurrido no ocurrió de repente. Crisis tan profundas como la que se está viviendo en gran parte de Europa Occidental son producto de un largo periodo de acumulación de problemas y debilidades que finalmente, cuando se produce algún acontecimiento puntual desencadenante como lo sería la crisis financiera del 2008, dan origen a una situación de crisis profunda y generalizada.

Esto es importante recalcarlo, ya que existe la tendencia, no menos en Europa, a explicar lo acontecido por causas ya sea externas ya sea coyunturales. En términos demagógicos, y lamentablemente con un profundo impacto entre amplios sectores sociales, se habla de “los mercados”, el “capitalismo salvaje” o el “neoliberalismo” como causantes de los problemas de Europa. Sin embargo, si algo así fuese cierto prácticamente todo el mundo debería estar sufriendo problemas mucho más serios que los que caracterizan a Europa Occidental con sus economías altamente reguladas y sus grandes Estados que gastan en torno al 50% del PIB de sus respectivos países. Pero esto no es así. La crisis actual coincide con las sociedades democráticas menos “neoliberales” que puedan imaginarse, es decir, más reguladas y con Estados más abultados.3 En suma, se trata de una crisis del modelo europeo-occidental de sociedad, si bien su punto de arranque fue la crisis financiera iniciada en EE.UU. en 2007-2008.

Esto se hace más evidente aún al constatar la vitalidad económica del así llamado mundo en vías de desarrollo, con niveles de crecimiento realmente notables para zonas tradicionalmente tan problemáticas como, por ejemplo, el África subsahariana. El pronóstico del informe del FMI ya mencionado es muy claro al respecto. Todas las regiones en desarrollo crecerán más del 3,5% en 2013, llegando algunas, como África subsahariana, la India o los países del este y sudeste asiático a superar el 5%.

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