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la lengua oral es un medico de comunicacion donde se puede intepretar por medio de gestos en donde nos podemos comunicar con diferentes personas
La reproducción escrita de la lengua oral
a lengua oral y la escrita son dos sistemas relativamente heterogéneos: no todo texto escrito reproduce uno oral previo. Pero algunos sí intentan hacerlo, aunque sea imperfectamente. Pueden citarse entre ellos la carta privada, el diálogo incluido en novelas y relatos, y los textos teatrales.
La carta
Hay muchos tipos de cartas. La carta personal, escrita por un emisor privado a un receptor igualmente privado es el tipo más permeable para la introducción de la lengua coloquial, ya que se alude a situaciones compartidas por ambos, aparecen abundantes presuposiciones (si alguien distinto al destinatario leyera la carta no comprendería algunas cosas de ella), es frecuente la sintaxis psicológica, etc..
Sin embargo, no es del todo lengua oral: la distancia, cierta exigencia de objetividad que plantea el papel en blanco, y la obvia posibilidad de releer lo escrito, mediatizan esa supuesta espontaneidad de las cartas personales. Añádanse a ello los imperativos de un buen número de fórmulas tradicionales ("mucho me alegraré de que al recibo de la presente estéis bien..."), hoy relativamente en desuso.
De todos modos, las cartas amistosas, las familiares y las cartas de amor (géneros clásicos de las cartas privadas) tienden hoy a desaparecer porque el teléfono tiene sobre ellas las ventajas de la rapidez, el control de la respuesta y la "verdad" del mensaje oral. La carta ingresa así en otros terrenos, como la literatura o el autoanálisis psicológico.
El discurso referido
Las novelas y los textos narrativos incluyen las palabras de los personajes, sea a través del estilo directo, del indirecto o del estilo indirecto libre. Fundamentalmente en el estilo directo y en el indirecto libre es donde la lengua oral se incorpora más efectivamente a la escrita. Ello depende, sin duda, de las convenciones generales a que responde la narración de que se trate: ciertos relatos presentan a personajes que hablan de manera muy diferente a como se habla en la realidad.
De hecho, la aspiración a la fidelidad en la reconstrucción de los registros lingüísticos de los personajes es típica -aunque no falte en otros casos- de la novela realista, que incluye abiertamente coloquialismos, y también dialectalismos, regionalismos, vulgarismos, etc. Los novelistas del XIX vieron en la lengua la mejor manera de analizar psicológica y sociológicamente a sus personajes: éstos "debían" hablar según su carácter y según su procedencia social.
El texto teatral
La misma pretensión de reproducir fielmente la lengua oral tienen los textos teatrales de tradición realista.
En el teatro no hay narrador porque el autor cede su voz enteramente a los personajes, que se muestran cual son en el diálogo. Diálogo y conflicto están en la esencia del teatro; son, en cierto modo, la misma cosa.
Ese diálogo puede evocar la lengua oral o, por el contrario, "sonar" a lengua escrita. Ciertas formas teatrales (las que han dejado mayor margen a la improvisación de los actores a partir de un esquema dramático) han tendido hacia usos cada vez más coloquiales. En la medida en que el teatro se ha hecho literatura y ésta se ha fijado como escritura, la divergencia con lo oral ha sido mayor.