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En esta época de la evolución del hombre en el Neolítico, ya se organizaban en poblados; se han encontrado construcciones, como murallas y santuarios de la época, que exigen una organización y una distribución de las tareas.
El desarrollo urbano y la explosión demográfica provocaron la diferenciación social basada en la especialización de las labores económicas; a partir de este momento, los hombres y mujeres se dividieron según su función en la organización de la aldea. Las habilidades y capacidades técnicas dieron pie a la aparición de los agricultores, los ganaderos, los artesanos, los guerreros, etc. Tardíamente comienza a desarrollarse una precaria actividad metalúrgica presente, tanto en armas como en instrumentos de uso cotidiano; estas primeras manifestaciones de aleación de cuarcita y sílex son consideradas un antecedente de la Edad de los Metales.
En los poblados neolíticos era necesaria una organización social. Se observan toda una serie de construcciones y obras públicas (murallas, santuarios, riego artificial) que exigen una organización, una distribución de las tareas y una dirección de las mismas.
En las sociedades neolíticas se produce una división del trabajo según el sexo y la edad. Parece ser que la agricultura fue en sus inicios una actividad propia de las mujeres, los ancianos y los niños, mientras que se piensa que el pastoreo fue una actividad a la que se dedican los hombres jóvenes y adultos.
La presencia de los oficios artesano implicaba también la existencia de unas sociedades que organizaban las tareas.

En determinados poblados no se encuentran grandes diferencias sociales entre sus habitantes, como por ejemplo en Sesklos (Grecia) o Karanovo (Bulgaria), donde todas las viviendas son prácticamente iguales, o en Jericó (Palestina), donde los ajuares funerarios no muestran diferencias de riqueza.

Sin embargo, en otros poblados alguna vivienda destaca por su singular tamaño. Es el caso del poblado de Dímini (Grecia) que, situado en lo alto de un cerro y protegido por cinco círculos concéntricos de murallas, presenta en lo más alto un edificio mucho más grande que los restantes y que podría albergar algún jefe o alguna divinidad. Estamos ante una sociedad en la que comienzan aparecer diferencias sociales: jefes, guerreros, sacerdotes, campesinos, pastores...
Marcados por la desaparición de las sociedades de cazadores-recolectores, para aparecer un nuevo tipo de sociedad, que era productora de sus alimentos. Desaparecen las sociedades depredadoras de la naturaleza, las que toman lo que ésta les ofrece, en forma de caza, pesca o recolección, sin ofrecer nada a cambio, y aparecen las sociedades productoras de alimentos, esencialmente de ganaderos y agricultores. De esta forma el cambio vendría propiciado por la aparición de la ganadería y la agricultura, o sea de las sociedades productivas.
El desarrollo de la ganadería da lugar a la trashumancia y a los contactos relativamente frecuentes con gentes de otras tierras, existiendo una mayor intercomunicación entre las diversas tribus. Para las hachas y otros instrumentos se utilizan la piedra pulida y los útiles y algunas herramientas se fabrican frecuentemente con hueso. Aparecen también útiles de obsidiana.

Con las sociedades productivas aparecen sociedades de organización más compleja porque aparece el excedente, la división social del trabajo y la propiedad privada. La cantidad de producción sobrante es el inicio de la riqueza, cuanto más excedente más rico. Aparece con la producción pero no se consolida hasta mediados o finales del Neolítico: los instrumentos de cultivo son más perfectos, se abona, se riega,... Esto produce cosechas más abundantes que dan lugar al excedente. El excedente sólo tiene consecuencias cuando se consolida: permite la división social del trabajo.
Al principio del Neolítico todos son agricultores = todos iguales. Cuando aparece el excedente consolidado no se dedican todos a la agricultura ni a la ganadería, se necesitan productos que ninguna de estas dos cosas producen. Con el excedente se puede alimentar a otras personas que se dediquen a fabricar instrumentos, tejidos, cerámica, empieza la artesanía. El artesano le cambia sus productos al agricultor por el excedente. La división social del trabajo está permitida por el intercambio de excedentes = primer tipo de comercio = comercio por trueque.

La propiedad privada en el Paleolítico no existía pero con el surgimiento de la agricultura empieza a aparecer. Para convertir una zona salvaje (improductiva) en productiva se requiere mucho trabajo. La gente sólo está dispuesta a hacer este trabajo si tiene la seguridad de que la tierra será suya igual a la aparición de la propiedad privada.
Con el trueque, el excedente y la propiedad privada aparece la desigualdad social y la riqueza, que en la Edad de los Metales provoca la aparición de las clases sociales.
El desarrollo urbano y la explosión demográfica provocaron la diferenciación social basada en la especialización de las labores económicas; a partir de este momento, los hombres y mujeres se dividieron según su función en la organización de la aldea. Las habilidades y capacidades técnicas dieron pie a la aparición de los agricultores, los ganaderos, los artesanos, los guerreros, etc. Tardíamente comienza a desarrollarse una precaria actividad metalúrgica presente, tanto en armas como en instrumentos de uso cotidiano; estas primeras manifestaciones de aleación de cuarcita y sílex son consideradas un antecedente de la Edad de los Metales.
En los poblados neolíticos era necesaria una organización social. Se observan toda una serie de construcciones y obras públicas (murallas, santuarios, riego artificial) que exigen una organización, una distribución de las tareas y una dirección de las mismas.
En las sociedades neolíticas se produce una división del trabajo según el sexo y la edad. Parece ser que la agricultura fue en sus inicios una actividad propia de las mujeres, los ancianos y los niños, mientras que se piensa que el pastoreo fue una actividad a la que se dedican los hombres jóvenes y adultos.
La presencia de los oficios artesano implicaba también la existencia de unas sociedades que organizaban las tareas.

En determinados poblados no se encuentran grandes diferencias sociales entre sus habitantes, como por ejemplo en Sesklos (Grecia) o Karanovo (Bulgaria), donde todas las viviendas son prácticamente iguales, o en Jericó (Palestina), donde los ajuares funerarios no muestran diferencias de riqueza.

Sin embargo, en otros poblados alguna vivienda destaca por su singular tamaño. Es el caso del poblado de Dímini (Grecia) que, situado en lo alto de un cerro y protegido por cinco círculos concéntricos de murallas, presenta en lo más alto un edificio mucho más grande que los restantes y que podría albergar algún jefe o alguna divinidad. Estamos ante una sociedad en la que comienzan aparecer diferencias sociales: jefes, guerreros, sacerdotes, campesinos, pastores...
Marcados por la desaparición de las sociedades de cazadores-recolectores, para aparecer un nuevo tipo de sociedad, que era productora de sus alimentos. Desaparecen las sociedades depredadoras de la naturaleza, las que toman lo que ésta les ofrece, en forma de caza, pesca o recolección, sin ofrecer nada a cambio, y aparecen las sociedades productoras de alimentos, esencialmente de ganaderos y agricultores. De esta forma el cambio vendría propiciado por la aparición de la ganadería y la agricultura, o sea de las sociedades productivas.
El desarrollo de la ganadería da lugar a la trashumancia y a los contactos relativamente frecuentes con gentes de otras tierras, existiendo una mayor intercomunicación entre las diversas tribus. Para las hachas y otros instrumentos se utilizan la piedra pulida y los útiles y algunas herramientas se fabrican frecuentemente con hueso. Aparecen también útiles de obsidiana.

Con las sociedades productivas aparecen sociedades de organización más compleja porque aparece el excedente, la división social del trabajo y la propiedad privada. La cantidad de producción sobrante es el inicio de la riqueza, cuanto más excedente más rico. Aparece con la producción pero no se consolida hasta mediados o finales del Neolítico: los instrumentos de cultivo son más perfectos, se abona, se riega,... Esto produce cosechas más abundantes que dan lugar al excedente. El excedente sólo tiene consecuencias cuando se consolida: permite la división social del trabajo.
Al principio del Neolítico todos son agricultores = todos iguales. Cuando aparece el excedente consolidado no se dedican todos a la agricultura ni a la ganadería, se necesitan productos que ninguna de estas dos cosas producen. Con el excedente se puede alimentar a otras personas que se dediquen a fabricar instrumentos, tejidos, cerámica, empieza la artesanía. El artesano le cambia sus productos al agricultor por el excedente. La división social del trabajo está permitida por el intercambio de excedentes = primer tipo de comercio = comercio por trueque.

La propiedad privada en el Paleolítico no existía pero con el surgimiento de la agricultura empieza a aparecer. Para convertir una zona salvaje (improductiva) en productiva se requiere mucho trabajo. La gente sólo está dispuesta a hacer este trabajo si tiene la seguridad de que la tierra será suya igual a la aparición de la propiedad privada.
Con el trueque, el excedente y la propiedad privada aparece la desigualdad social y la riqueza, que en la Edad de los Metales provoca la aparición de las clases sociales.
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El paleolitico: Fue una organización familiar, habian grupos familiares y entre todas las familias habia una familia lider que era la más fuerte.
El neolitico: su base estaba formada por los que se dedicaban a la agricultura y la ganaderia, que formaban el grupo más amplio.
Espero que te sirva ( :
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