• Asignatura: Historia
  • Autor: micuca
  • hace 9 años

nesesito un resumen de la Caja ronca

Respuestas

Respuesta dada por: pocoyoooooo
30
Había una vez en San Juan Calle un chiquillo curioso que quería saber en qué sueñan los fantasmas. Pues este pequeño había escuchado sobre unos aparecidos que merodeaban en las noches de Ibarra, sin que nadie supiera quiénes eran, pero que de seguro no pertenecían a este Mundo.

-¡Ay Jesús!, decía Carlos, ojalá no salgan la noche en que tengo que regar la chacra. Sin embargo, este muchacho de 11 años era tan preguntón que se enteró que las almas en pena vagaban a medianoche para asustar a todos los que salían. Estos seres, según decían, penaban porque dejaron enterrados fabulosos tesoros y hasta que alguien los encontrara no podían ir al cielo.

Estos entierros estaban en pequeños baúles de maderas duras para que resistieran la humedad de las paredes.

Carlos moría de ganas de conocer a esas almas en pena, aunque sea de lejos y fue a la casa de su amigo Juan José para que lo acompañara al regadío.

-¡Qué estás loco!, dijo Juan José.
Yo estaba en el barrio cuando
hablaron de la Caja Ronca, que
era como habían denominado a
esa procesión fantasmal.
-No seas malito, le dijo Carlos.

Y luego de insistir, los dos chicos caminaron hasta el barrio San Felipe. Empezaron a regar los sembríos y después prendieron una fogata y esperaron que el tiempo transcurriera, eso sí evitando hablar de la temible Caja Ronca.

Atraídos por la magia del fuego no tardaron en dormirse, mientras un ruido pareció entrar por el portón
del Quiche Callejón. Despertaron y el sonido se hizo cada vez más fuerte. Entonces se acercaron a la
hendidura y lo vieron todo:

Un personaje extraño rodeado de fuego daba órdenes a sus fieles, que caminaban lentamente como arrepintiéndose.

Los curiosos estaban pegados al portón como si fueran estatuas. Y entonces la puerta sonó. A su lado se encontraba un penitente con una caperuza que ocultaba sus ojos. Les extendió dos enormes velas aún humeantes y se esfumó como había llegado.

A Juan José le pareció que una carroza contenía la temible Caja Ronca, que no era otra cosa que algún baúl lleno de plata perdido en el tiempo y el espacio y que buscaba unas manos que lo liberaran de su antiguo dueño.

Ni cuenta se dieron cuando se quedaron dormidos, ni aún en el momento en que sus pies temblorosos los llevaron hasta sus casas de paredes blancas.

En San Juan Calle, las primeras beatas que salieron a misa los encontraron echando espuma por la boca y aferrados a las velas fúnebres. Cuando fueron a favorecerles comprobaron que las veladoras se habían transformado en canillas de muerto.


Fue así como, de boca en boca, se propagaron estos sucesos y los chicos fueron los invitados de las noches cuando se reunían a conversar de los sucesos de la Caja Ronca...

Respuesta dada por: josephgeografig20
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cuenta la leyenda,que en ibarra existieron dos amigos comunes, manuel y carlos. Un día el padre de carlos les pidió que fueran a regar las plantas, pero como estaban jugando no lo hicieron, si no hasta la noche pero cuando estaban en medio del lugar donde regaban las plantas, oyeron unos sonidos extraños y se acercaron a ver, pero cuando se acercaron pudieron ver personas flotando con capuchas negras y velas largas y apagadas.

cruzaron el lugar completo con una carrosa llevada por un ser que desde lejos se notaba temible y malvado. Cuando lo siguieron se pudo ver a un ser blanco casi transparente mientras tocaba un tambor con melodias extrañas.

luego los chicos recordaron las historias que escuchaban de niños, sobre la caja ronca. Se asustaron tanto que se desmayaron.

cuando se despertaron tenian una de las velas que llevavan consigo los encapuchados. Al verla de serca notaron que no era una simple vela sino un hueso largo de alguien muerto.

Asustados, ambos volvieron a sus casas y desde ese dia nunca volvieron a no tomarse las leyendas como mentira sino como verdades antiguas.
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