Respuestas
Conocer el factor mundo es algo esencial para la vida de una persona. Muchas veces no entendemos cómo funciona una sociedad, ni cómo funciona el hombre, ni cómo marcha nuestra vida, ni cómo va el presente, etc. A consecuencia de todo ellos podemos experimentar una determinada angustia que aparece cuando quiere pero con relativa frecuencia: ¿Por qué hago lo que hago? ¿Soy feliz? ¿Quién soy?
Por todo ello me he propuesto escribir (si esto es del gusto del lector) unos pequeños ensayos generales acerca de la filosofía de la vida. No es mi intención crear algo aburrido e infumable, ni dármelas de santurrón, solo opino que la reflexión es el mejor método para encauzar una vida desde todos los ámbitos y edades. Pido encarecidamente que tras cada una de las reflexiones que aquí se expongan, el lector colabore en los comentarios exponiendo sus ideas y reflexiones. Sobra decir que la opinión sea acorde con el tema propuesto y su argumentación no dé lugar a equívocos.
Sin más demora pasemos al tema, para ello me voy a ayudar de un libro llamado La Rebelión de las Masas de Ortega y Gasset, por lo tanto el primer tema a tratar es el social, más concretamente tener una noción amplia de cómo es nuestro tiempo, el presente, dónde vivimos.
Dice Gasset:
“Vivimos en un tiempo que se siente fabulosamente capaz para realizar, pero no sabe que realizar. Domina todas las cosas, pero no es dueño de sí mismo. Se siente perdido en su propia abundancia. Con más medios, más saber, más técnicas que nunca, resulta que el mundo actual va como el más desdichado que haya habido: puramente a la deriva.”
Este pequeño párrafo a mi juicio resume en líneas generales lo que es nuestro tiempo, lo que pasa es este libro es de los años treinta, y hoy por hoy, todo se ha acrecentado a unos niveles inimaginables. Gasset aplica esta teoría de un modo social, colectivo, pero creo que también se puede aplicar directamente al yo individual.
El más claro ejemplo lo podríamos encontrar en el consumismo. Cuantas más cosas podemos tener y de hecho tenemos, más desdichados nos sentimos. Cuantas más cosas externas a nosotros dominamos, menos dueños de nosotros mismos somos. Cuantas más opciones laborales o de futuro podemos realizar, menos sabemos qué hacer. Y así un largo etcétera.
Entonces, ¿cuál es el problema del hombre? Todo parece ilógico, ¿cuantas más posibilidades tienes, peor escoges, más indeciso te vuelves?
Yo aquí entiendo dos cosas:
La primera es que el hombre es un ser anhelante. Es decir, que siempre quiere lo que no tiene. Todo esto es fruto de la comparación en la mayoría de los casos. Por ejemplo mi vecino se acaba de comprar una camisa que le queda genial, mi deseo más primitivo es el de tener esa camisa para ser yo genial. El error está ahí, en creer que las cosas pueden aportar algo constructivo al ser, cuando en realidad las cosas absorben (en modo metafórico) parte de tu ser y lo convierten en tener.
La segunda cosa habla de una posible solución a este grave problema que enferma nuestra sociedad, construir un individuo sólido solo interesado en el ser y demoler de una manera constructiva la comparación sustituyéndola por colaboración.
La primera propuesta es sobradamente utópica y la veo difícil (a nivel global), puesto que es algo que solo consigue la gente que tiene la capacidad de ser consciente de su realidad inmediata, y la segunda también la veo espinosa porque el ser humano odia los cambios y le encanta sentirse mejor que el vecino, le gusta provocar envidia y mirar por encima del hombro. Competir es mucho más fácil que colaborar, pero la primera deja un vacío espiritual que lleva al hombre siempre a conseguir más y más, y le impide saborear la vida. Un ejemplo.
Un hombre rico cualquiera, que tiene tanto dinero que no se lo gastaría ni en tres vidas, ¿qué hace en su vida normal?
¿Vive la vida? No. ¿Se dedica a gastarlo? No. Nada de eso, a lo único que se dedica es a ganar más dinero. ¿Verdad que es absurdo? Si eso es precisamente lo que le sobra.
Por ello la colaboración es algo fundamental. El ser humano es sociable, y no hay rasgo más humano que el de colaborar, es una técnica tan buena que hasta la naturaleza en su sabiduría infinita la imita (véase simbiosis y demás procesos).
Hasta aquí el ensayo de hoy, para insultos y demás opiniones, dejadlos en los comentarios. Y si no os gusta el ensayo de hoy, decidlo y volveré con las historietas de toda la vida, es solo un experimento. He dicho.
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que onda?