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Antecedentes.
Al iniciar la década de los sesenta un cambio cualitativo se mostraba en la formación social ecuatoriana para lo cual influyen múltiples factores: el incremento del capital mercantil y su concentración en la burguesía agro exportadora y comercial, especialmente del litoral; la expansión de la red de transportes y comunicaciones, la mayor integración del país, etc.
Ya iniciada la década de los setenta se produce una afirmación de los importantes cambios que caracterizaron la década anterior: mayor gravitación de los centros urbanos, ampliación y diversificación de la base exportadora ( en especial el petróleo ), acentuación del proceso de industrialización sustitutiva de importaciones, crecimiento de la población asalariada, concentración creciente de la producción y el capital, extensión del mercado propiamente capitalista. Las Fuerzas Armadas en ese tiempo, una vez más asumieron las tareas de gobierno en febrero de 1972 anunciando la ejecución de un programa de reformas sustanciales como la agraria, la tributaria y un conjunto de acciones en beneficio popular.
Seis meses después de instalado el nuevo gobierno empieza en el país la explotación y exportación de petróleo, favorecidas por el desarrollo de una coyuntura especial caracterizada por altos precios del petróleo en el mercado mundial. Fue la exportación petrolera la que permitió crecimientos verdaderamente espectaculares de los principales agregados económicos. Es así que el estos agregados crecieron a ritmos nunca antes experimentados. Las exportaciones del orden de los 190 millones de dólares de 1970 pasaron a mas de 1300 millones de dólares de 1977.El presupuesto del gobierno central paso del orden de los 5000 millones de sucres en el 70 a los 27 mil millones en 1977, el PIB aumentó de 1062 millones de dólares a 13946 millones de dólares en el mismo periodo, la RMI de 55 millones de dólares a 563 millones de dólares. Con esto se vigorizó la participación del Ecuador dentro de la lógica globalizante del capitalismo internacional. El país se volvió más atractivo para las inversiones y los bancos extranjeros, precisamente por esa riqueza petrolera que le otorgo la imagen de un nuevo rico. La enorme masa de recursos captada por el estado le permitió invertir en infraestructura vial, energética, sanitaria y atender a presiones económicas y sociales múltiples.
Estas y tantas otras circunstancias no vividas anteriormente parecieron marcar el inicio de una etapa diferente a las atravesadas por el país hasta 1972. La sensación de que se agotaba un modelo de expansión –basado en la exportación de materias primas y productos primarios de origen agropecuario, sometido históricamente al juego adverso de las relaciones de intercambio, con débiles y fluctuantes mercados- y se pasaba a otro modelo en el cual la exportación sustantiva iba a descansar en el petróleo con precios en ininterrumpidos ascensos, mercados estables y seguros y con toda la secuela de riqueza, de irradiación de modernismo sobre todo el cuerpo económico nacional y la afirmación de una sociedad urbano-industrial.
Así la década de los setenta significo el mayor desarrollo del capitalismo ecuatoriano, y a su vez, la mayor internacionalización o subordinación de la estructura productiva del país al desarrollo del capitalismo mundial. Este veloz desarrollo del capitalismo en el Ecuador vinculado al sistema capitalista mundial en su etapa monopólico, no fue capaz de eliminar ciertas formas atrasadas de producción que continuaron vigentes y articuladas funcionalmente a las formas modernas de producción, constituyendo el lado rezagado y gris del proceso, de donde se desprende que el subdesarrollo del Ecuador no es un fenómeno precapitalista sino un proceso de conformación típicamente capitalista.
La economía del Ecuador siempre tuvo a lo largo de su historia altibajos, es así que la larga recesión provocada por la crisis del cacao, que se inicio a principios de la década de los veinte, se le suma la Gran Depresión de los años treinta, esta fue superada con un nuevo periodo de auge exportador: El Bananero, que abrió la puerta a una serie de cambios largamente esperados en la sociedad ecuatoriana. Y la posterior crisis del banano, registrada en los años sesenta, fue superada por el ya conocido boom petrolero a partir de 1972.Cuando teníamos un poco mas de un año exportando petróleo, que empezó a fluir hacia el mercado mundial el 18 de agosto de 1972, a raíz de la cuarta guerra árabe-israelí en cuyo contexto los países árabes impusieron el bloqueo petrolero a algunas naciones industrializadas, se produjo un primer y significativo reajuste de los precios del crudo en el mercado internacional. El crudo Oriente que en agosto de 1972 se cotizó en $2,5 dólares subió a $ 4,2 dólares en 1973 y a $ 13,7 dólares en 1974. Este aumento de la valoración del petróleo amplio notablemente el flujo de recursos financieros, facilitando un crecimiento acelerado de la economía ecuatoriana.
La riqueza petrolera del Ecuador fue uno de los principales detonantes para el endeudamiento extremo, es así que el monto de la deuda externa ecuatoriana creció en casi 22 veces de $260.8 millones de dólares al finalizar en 1971 a $5,869.8 millones cuando concluyo el año en 1981. Esta deuda paso del 16% del PIB al 42% del PIB en 1981.
El auge petrolero y el masivo endeudamiento externo dieron lugar a una serie de transformaciones muy amplias.
A la postre de estas transformaciones no se alteraron los patrones de producción dependientes del exterior, no se altero el proceso de acumulación atado a las exportaciones de productos primarios y menos aun se transformo la estructura de la propiedad, caracterizada por niveles de elevada concentración tanto en los sectores agrarios e industrial, como el comercial y bancario.