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En marzo de 1908, relativamente cerca de las elecciones, la revista británica Pearson's Magazine publicó una entrevista de su reportero James Creelman con el presidente Porfirio Díaz, que había tenido lugar unos meses atrás en el Castillo de Chapultepec. Creelman vino a México para entrevistar a Díaz, mostrando la preocupación de los norteamericanos hacia este país. Sin embargo, esta preocupación también era interna, como se evidenció cuando Justo Sierra le sugirió considerar lo negativa que podía resultar tanta reelección, pero Díaz no le prestó atención. En esta entrevista, Porfirio recordó haber recibido un país lleno de guerras y conflictos, dividido y con una economía muy pobre, al que con el tiempo recuperó y lo convirtió en un país comunicado, con paz y lleno de progreso. Aunque admitió que sus métodos fueron duros e inflexibles, dijo que eran necesarios para salvar la sangre de los buenos. Díaz se declaró convencido de los principios democráticos y manifestó la firme resolución de separarse del poder en 1910, que era cuando finalizaría el periodo.5
"Nuestra mayor dificultad la ha constituido el hecho de que el pueblo no se preocupa lo suficiente acerca de los asuntos políticos como para formar una democracia. Los indios […] están acostumbrados a guiarse por aquellos que poseen autoridad en vez de pensar por sí mismos." Porfirio Díaz.
Díaz no creía posible poder practicar la democracia en México ya que, estando el país en vías de desarrollo, era imposible permitir la elección de sus gobernantes a un pueblo que, en su mayoría, era apolítico y analfabeta.6
Las declaraciones de Porfirio ante Creelman exaltaban la democracia como el único principio de gobierno justo y verdadero, aunque en la parte práctica solo sea para los pueblos suficientemente desarrollados. Se enorgullecía de lo que su administración había logrado, de haber permitido la formación de una clase media que el país no tenía antes; afirmando que ésta es el elemento activo de toda sociedad.7
"México tiene hoy una clase media. Pero por otra parte, los pobres son a su vez tan ignorantes que no tienen poder alguno. Éramos duros. Algunas veces, hasta la crueldad. Pero todo esto era necesario para la vida y el progreso de la nación. Si hubo crueldad, los resultados la han justificado con creces."8
Creelman preguntó a Díaz: "¿Sabe usted que en Estados Unidos tenemos graves problemas por la elección del mismo presidente por más de 3 periodos?" Díaz respondió: "Sí. Lo sé. Es un sentimiento natural en los pueblos democráticos el que sus dirigentes deban ser cambiados. Estoy de acuerdo con este sentimiento. He tratado de dejar la presidencia en muchas ocasiones, pero he tenido que permanecer en ella por la propia salud del pueblo que ha confiado en mí.9
Díaz también afirmó: "Es cierto que cuando un hombre ha ocupado un puesto investido de poder por largo tiempo puede llegar a persuadirse de que aquel puesto es de su prioridad particular."10
Después prometió ante Creelman retirarse del poder al término del periodo gubernamental en 1910, cualesquiera que fueran las opiniones de sus amigos y partidarios. "Daré la bienvenida a un partido de oposición. Si aparece, lo veré como una bendición y no como un mal, y si puede desarrollar poder, no para explotar sino para gobernar, estaré a su lado. Me olvidaré de mí mismo en la feliz inauguración de un gobierno totalmente democrático en mi patria.11
"He esperado pacientemente porque llegue el día en que el pueblo de la República Mexicana esté preparado para escoger y cambiar sus gobernantes en cada elección, sin peligro de revoluciones armadas, sin lesionar el crédito nacional y sin interferir con el progreso del país. Creo que, finalmente, ese día ha llegado.9
Respuesta:
Explicación:
La entrevista se realizó en calma y sin mayor contratiempo; en ella Creelman describe el carácter y la personalidad de Díaz, así como las impresiones que le dejó el trato directo con el viejo dictador, el cual, desde otros matices, podía ser visto como el personaje que propició que México pasara de ser un país caótico ...3 mar 2020