Respuestas
Procedimiento
Con cuidado, haz un pequeño orificio en la mitad y otro junto a uno de los extremos de la tapa de la caja. Coloca la caja abierta de pie, sobre uno de sus lados más estrechos, y asienta en el interior un objeto pesado, por ejemplo una lata, para sujetarla y evitar que se caiga. Sitúa la tapa sobre la parte superior de la caja, formando una T. (No es necesario que la parte abierta de la caja esté orientada hacia el orificio de la tapa.)
Luego, sitúa un contrapeso cerca de la punta del lápiz (sin que la tape) y pégalo o átalo para evitar que se caiga. Pon una tira pequeña de plastilina entre la punta del lápiz y el contrapeso, para impedir que resbale. Los contrapesos deben ser pesados para que el lápiz, que registra el movimiento del sismógrafo, tenga un contacto firme con el papel y al arrastrarse marque con precisión las líneas.
Ahora, estira uno de los extremos del clip clávalo en la goma del lápiz. Ata el cordel al extremo enroscado del clip. Introduce el otro extremo del cordel a través del orificio de la tapa de la caja y átalo después al segundo clip.
Corta cada hoja de papel, a lo largo, en tres tiras. Estas tiras funcionarán como un rollo de papel y registrarán los «movimientos del terremoto».
Coloca una tira de papel junto a la caja (debajo del orificio de la tapa) y muévela despacio. Observa cómo se dibuja la línea en función del movimiento que produces en la tira de papel.
Luego, pide a un amigo que mueva y sacuda la mesa mientras colocas las tiras de papel bajo el lápiz. Tu sismógrafo reproduce los movimientos oblicuos y los ascendentes y descendentes. Compara las distintas tiras de papel ¿qué diferencias encuentras en las líneas? ¿Cómo muestran los efectos de una falla vertical u oblicua?