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Santa Rosa de Lima, patrona de América, Perú y las Filipinas, dejaría una frase que convoca al mundo a ser solidarios: “No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús”. Y, aunque muchos se empeñen en afirmar que la sociedad actual es individualista, desde la cooperación es grato constatar que el valor de la solidaridad se mantiene vigente. Un ejemplo de desprendimiento nos lo dieron esta vez cinco voluntarios de Deloitte, que aprovechando sus vacaciones se pusieron al servicio de la comunidad campesina de Santa Catalina de Chongoyape, donde Ayuda en Acción pone en marcha estrategias de desarrollo integral.
Deloitte es una de las cuatro firmas auditoras más reconocidas del mundo por su rigurosidad. El año pasado tuvieron un acercamiento a la organización por motivos profesionales. Al término de su trabajo, con la entrega del informe y recomendaciones, optaron por conocer nuestra labor, más allá del aspecto financiero. Un grupo de ejecutivos, se enrolaron como voluntarios y por dos semanas realizaron, una serie de actividades para la felicidad de 40 niños y niñas y la comunidad chongoyapana en general.
Raquel Martínez, Ángel García, Vicente Ceamanos, Elena Carrillo y Magdalena Kleszcz cambiaron por 15 días sus acostumbrados trajes sastres y su moderna oficina en Madrid, para compenetrarse con las necesidades de los caseríos norteños de Tierras Blancas, Juana Ríos y Tablazos. Una vez allí, no dudaron en coger un martillo o una brocha, para mejorar las instalaciones de la biblioteca del Ecomuseo Comunal de Chaparrí, entregado a la población el año pasado por Ayuda en Acción y su socia local CIPDES.