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Durante los años de conflicto de la I Guerra Mundial algunas economías conocieron importantes incrementos en su producción, especialmente la de Estado Unidos. La demanda de los países beligerantes y los mercados coloniales desatendidos por Europa fueron las causas que posibilitaron el crecimiento de producción en EEUU. Este país pasó a abastecer las necesidades, tanto de las colonias desatendidas como de los países beligerantes. Estados Unidos fue el gran beneficiario, pero no debemos olvidar que otros países también se vieron beneficiados por este conflicto: Japón, Canadá, Australia, Nueva Zelanda… Todos ellos protagonizaron una notable expansión industrial para cubrir la demanda europea y colonial.
Además, la breve intervención, pero decisiva, estadounidense en la Gran Guerra supuso su transformación en la mayor economía del mundo. Su producto interior bruto (PIB) se duplicó entre 1914 y 1920. La producción de petróleo representa 2/3 de la producción mundial; la producción de electricidad igualó a la europea; y la de acero se convirtió en más de la mitad de la producción mundial.
Lo que convirtió a Estados Unidos en la primera potencia económica del mundo fue el aprovechamiento del tiempo de guerra y las dificultades económicas de los demás países.
Se convirtió, sin lugar a dudas, en el mayor exportador existente. Sus productos invadieron los mercados mundiales. En 1920, el valor de sus exportaciones se colocó en niveles altísimos: 8000 millones de dólares; a su vez, Europa, requería el mayor número de importaciones. El 40% de las importaciones europeas son materias primas y productos de primera necesidad. Entre 1913 y 1920 la participación americana en el mercado mundial aumento casi 10 puntos, del 22,4% al 32,1%; mientras que la presencia europea, incluyendo la URSS, se redujo casi 10 puntos también, del 58,4% al 49,2%.
Como último dato, Estados Unidos se convirtió de deudor en 1914 (Debía una cantidad que rondaba los 3700 millones de dólares) a acreedor (Llegando a deberle una cantidad similar) en 1919.
El deseo de todos los países beligerantes de reconstruir el sistema económico impulsó notablemente el crecimiento de EEUU. Lo hicieron acorde a los siguientes principios: Por un lado quisieron aportar un extraordinario crecimiento de la oferta (Producción en masa); y por otro lado, buscar un nivel de demanda suficiente que absorbiera esa producción y finalmente confiaban en que los sistemas internacionales y las relaciones comerciales a nivel mundial facilitarían la propagación de la prosperidad. Este sistema no funcionó como se esperaba.
En cualquier caso, la guerra y la abstención inicial de EEUU de intervenir en ella supuso su crecimiento económico a costa del desgaste y la necesidad de los países beligerantes. Además, EEUU se hizo con el control del comercio colonial, ya que los países europeos, inmersos en la guerra, no pudieron mantener dichas relaciones.