Respuestas
Respuesta dada por:
1
La antigüedad de las mitocondrias, las «centrales eléctricas» de la célula, se remonta a unos dos mil millones de años. Aunque estos orgánulos encargados de producir energía se identificaron en 1800, el modo en que surgieron y se integraron en las células sigue siendo hoy objeto de debate.
El antepasado de las mitocondrias era una bacteria de vida libre que fue ingerida por otro organismo unicelular. La mayoría de los biólogos piensan que la bacteria supuso una ventaja para su anfitrión: según una hipótesis, las mitocondrias primitivas le suministraron hidrógeno para producir energía. Otros investigadores sostienen que, cuando el oxígeno atmosférico aumentó abruptamente en esa época, las células anaeróbicas se sirvieron de las bacterias para eliminar el gas, que les resultaba tóxico. Fuera como fuera, unidos vivían de manera tan armoniosa que con el tiempo se convirtieron mutuamente dependientes y establecieron una relación duradera.
Un nuevo estudio realizado por Martin Wu y Zhang Wang en la Universidad de Virginia plantea la posibilidad de que el antepasado de las mitocondrias era en realidad un parásito. Su afirmación se sustenta en la construcción reciente del árbol evolutivo de las mitocondrias, que resuelve las relaciones ancestrales entre los orgánulos y sus parientes bacterianos vivos más cercanos a partir del análisis genómico. Los datos del ADN hicieron deducir a Wu que las mitocondrias pertenecían a un orden de bacterias patógenas y parásitas llamadas rickettsiales, o rickettsias, y que evolucionaron a partir de un antepasado que producía una proteína que «robaba» energía. En algún momento, este antecesor parasitario perdió el gen responsable de esa proteína y adquirió otro que permitía abastecer de energía a su huésped, como hacen hoy las mitocondrias.
El antepasado de las mitocondrias era una bacteria de vida libre que fue ingerida por otro organismo unicelular. La mayoría de los biólogos piensan que la bacteria supuso una ventaja para su anfitrión: según una hipótesis, las mitocondrias primitivas le suministraron hidrógeno para producir energía. Otros investigadores sostienen que, cuando el oxígeno atmosférico aumentó abruptamente en esa época, las células anaeróbicas se sirvieron de las bacterias para eliminar el gas, que les resultaba tóxico. Fuera como fuera, unidos vivían de manera tan armoniosa que con el tiempo se convirtieron mutuamente dependientes y establecieron una relación duradera.
Un nuevo estudio realizado por Martin Wu y Zhang Wang en la Universidad de Virginia plantea la posibilidad de que el antepasado de las mitocondrias era en realidad un parásito. Su afirmación se sustenta en la construcción reciente del árbol evolutivo de las mitocondrias, que resuelve las relaciones ancestrales entre los orgánulos y sus parientes bacterianos vivos más cercanos a partir del análisis genómico. Los datos del ADN hicieron deducir a Wu que las mitocondrias pertenecían a un orden de bacterias patógenas y parásitas llamadas rickettsiales, o rickettsias, y que evolucionaron a partir de un antepasado que producía una proteína que «robaba» energía. En algún momento, este antecesor parasitario perdió el gen responsable de esa proteína y adquirió otro que permitía abastecer de energía a su huésped, como hacen hoy las mitocondrias.
Preguntas similares
hace 6 años
hace 6 años
hace 9 años
hace 9 años
hace 9 años