• Asignatura: Castellano
  • Autor: umjiteamomucho
  • hace 1 mes

Reflexiona acerca de las siguientes construcciones y explica cuál es el problema en la
redacción. ¡Ojo, al explicar debemos usar el lenguaje sobre sintaxis que hemos aprendido!

a- En ese negocio venden hermosas camperas para niños de pluma.

b- Martín y Julián salió muy apurado ese día porque se quedó dormido.

c- Mis mamá compró un Kg de manzanas.

d- Esta mañana salimos con mi hermana para la escuela anoche.

e- El frío de el invierno nos invita a quedarnos en casa.

¡ayúdenme con esto!

Respuestas

Respuesta dada por: carolineparraga3
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Resumen

La producción de lenguaje escrito es un ámbito de investigación que habilita el planteamiento de la relación entre semántica y sintaxis y, a su vez, el de ambas con el discurso. En efecto, muchas veces el significado de una palabra repercute en la forma en que se construye la oración y, simultáneamente, es el orden del discurso el que determina el significado de las unidades y las relaciones entre ellas. Si bien en la producción de lenguaje hablado ambos procesos parecen funcionar automáticamente (Igoa–García Albea, 2000), la producción escrita de sujetos novatos en ámbitos de discurso especializado pone de manifiesto el modo en que la dimensión semántica se articula o se desarticula con la sintaxis y, por otra parte, el modo en que el discurso habilita o no las relaciones que se van estableciendo entre semántica y sintaxis.

Para abordar el problema es ineludible tratar el modo en que las teorías formales resuelven el problema, pues ellas han sostenido que son los rasgos de las palabras los que determinan sus propiedades combinatorias, de las que son consecuencia las oraciones (Bosque–Gutiérrez Rexach, 2009). Sin embargo, cuando se observa el problema desde el punto de vista de la actuación, el límite de estas teorías es automático. De ahí que interese discutir otra teoría muy diferente, cuyo objeto es antes la semántica que la sintaxis. Me refiero al modelo gradual de la entidad lingüística que plantea François Rastier (2007), en cuyo marco se pone de manifiesto la dinámica de las unidades y se puede sistematizar sus relaciones contextuales. De ese modo, resultaría posible recuperar la validez de su modelo textual del signo para dar cuenta de tareas de producción.

Sabemos que es imposible distinguir en el habla los distintos niveles que la lingüística ha establecido para poder estudiar la lengua, objeto que, por otra parte, ha sido recortado del lenguaje en una operación que la ha constituido como ciencia (de Lemos, 2000; Desinano, 2004; Milner, 1998). No obstante, en este trabajo reflexionaré en la intersección de dos de estos "niveles": el semántico y el sintáctico. Es posible pensar, como sostenía Hjelmslev, que el significado es el resultado de la organización que una lengua determinada establece sobre el continuum de la materia; aunque simultáneamente hay que considerar que el significado de una palabra tiene repercusiones en la conformación del sintagma y que el significado de la construcción completa es ya un resultado de tal combinatoria y no una sumatoria de los significados de las palabras. Por otra parte, el significado, una vez conformado en enunciados en uso, no se puede estudiar ya en la abstracción de una estructura, sino en otra dimensión, en la relación con el sentido que se genera en un campo discursivo determinado, aquel en el que se inscribe lo enunciado.

Ciertamente, la reflexión sobre el modo en que se imbrican semántica, sintaxis y discurso en estos enunciados demanda una interpretación por parte de quien analiza. Es posible, por tanto, que la diferencia propia de los enunciados producidos por novatos en un campo discursivo especializado se reconstruya en la interpretación del investigador, quien finalmente decide en qué consiste tal diferencia. Tal interpretación sólo puede realizarse tomando como medida la propia relación del investigador con el lenguaje (Desinano, 2007), relación que tiene otras características en tanto se ha conformado durante largos años en el marco de convenciones discursivas y lingüísticas. El riesgo es, entonces, que la diferencia permanezca inaccesible.

Sin embargo, la sola discusión sobre los puntos de enlace entre semántica, sintaxis y discurso (§ 1) supone ya una contribución a los estudios sobre la producción lingüística de hablantes que, a pesar de que han superado ampliamente la etapa de adquisición de lenguaje, presentan un habla en proceso de cambio, en este caso exigido por el proceso de alfabetización que desencadenan los ámbitos académicos (§ 2). En efecto, si bien el cambio es continuo en tanto el sujeto nunca está conformado como tal en el lenguaje, sostendré que este cambio se pronuncia, como veremos en este segundo parágrafo, cuando el sujeto ingresa a la escritura y todavía más cuando debe transformarse en sujeto discursivo en los géneros que están estrechamente vinculados a la educación y a la ciencia.  

Explicación:

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