OPCIÓN A
En aquel momento dominaban los Mochuelos. El Mochuelo principal era el alcalde, un hombre delgado, vestido
de negro, muy clerical, cacique de formas suaves, que suavemente iba llevándose todo lo que podía del municipio.
El cacique liberal del partido de los Ratones era don Juan, un tipo bárbaro y despótico, corpulento y forzudo,
con unas manos de gigante; hombre que cuando entraba a mandar trataba al pueblo en conquistador. Este gran
Ratón no disimulaba como el Mochuelo; se quedaba con todo lo que podía, sin tomarse el trabajo de ocultar
decorosamente sus robos.
Alcolea se había acostumbrado a los Mochuelos y a los Ratones, y los consideraba necesarios. Aquellos
bandidos eran los sostenes de la sociedad; se repartían el botín; tenían unos para otros un tabú especial, como el
de los polinesios.
Andrés podía estudiar en Alcolea todas aquellas manifestaciones del árbol de la vida, y de la vida áspera
manchega: la expansión del egoísmo, de la envidia, de la crueldad, del orgullo.
A veces pensaba que todo esto era necesario; pensaba también que se podía llegar, en la indiferencia
intelectualista, hasta disfrutar contemplando estas expansiones, formas violentas de la vida.
¿Por qué incomodarse, si todo está determinado, si es fatal, si no puede ser de otra manera?, se preguntaba.
¿No era científicamente un poco absurdo el furor que le entraba muchas veces al ver las injusticias del pueblo? Por
otro lado: ¿no estaba también determinado, no era fatal el que su cerebro tuviera una irritación que le hiciera
protestar contra aquel estado de cosas violentamente?
Andrés discutía muchas veces con su patrona. Ella no podía comprender que Hurtado afirmase que era mayor
delito robar a la comunidad, al Ayuntamiento, al Estado, que robar a un particular. Ella decía que no; que defraudar
a la comunidad no podía ser tanto como robar a una persona. En Alcolea casi todos los ricos defraudaban a la
Hacienda, y no se les tenía por ladrones.
Andrés trataba de convencerla de que el daño hecho con el robo a la comunidad era más grande que el
producido contra el bolsillo de un particular; pero la Dorotea no se convencía.
Pío Baroja, El árbol de la ciencia
4. Explique el sentido que tienen en el texto las palabras subrayadas y destacadas en letra negrita: a) cacique;
b) despótico; c) tabú; d) fatal. (Puntuación máxima: 2 puntos).
Prueba de Selectividad, Andalucia, Modelo 1 2014-2015, Lengua Castellana
Respuestas
Las palabras subrayadas en el texto, explican lo siguiente:
a) Cacique: Cuando hablamos de cacique, hablamos de aquella persona que valiéndose de su influencia o riqueza interviene arbitraria o abusivamente en la política y administración de una comunidad. Ciertamente de esto hablaba el autor cuando se refería a Don Juan el cacique liberal del partido de los ratones, haciendo referencia hacia el como un líder que por todas sus características era nombrado cacique.
b) Despótico: El despotismo hace referencia al abuso de poder o de la fuerza que un individuo o un grupo ejercen contra otros en inferioridad de condiciones. Cuando decimos que una persona es despótica nos referimos a estas actitudes de poder que ejercen en un grupo que es inferior o que los hace ver inferior, el autor proporciona esta característica al líder o llamado también Cacique liberal del partido de los ratones.
c) Tabú: Cuando hablamos de Tabú, nos podemos referir a la prohibición de hacer o decir algo determinado, impuesta por ciertos respetos o prejuicios de carácter social o psicológico. El autor utiliza la palabra para definir quizás a una cultura como los polinesios, llenos de una cultura de creencias y prejuicios dentro de sus mismas tribus, todo esto en un ambiente en el cual no sean quizás bienvenidos.
d) Fatal: La definición de fatal nos hace entender que una acción, cosa, persona, situación, etc., es muy malo, especialmente si causa desgracias o es perjudicial; utilizada también por el autor para determinar un momento que no puede ser peor y no hay escapatoria del mismo.
PRUEBA SELECTIVIDAD MODELO 1 COMUNIDAD ANDALUCIA CONVOCATORIA 2014-2015