• Asignatura: Matemáticas
  • Autor: floresvazquezfrancis
  • hace 1 año

investiga sobre la historia del altísimo por favor es para hoy ​

Respuestas

Respuesta dada por: mxomi
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Respuesta:

Es un deporte que contiene un conjunto de disciplinas agrupadas en carreras, saltos, lanzamientos, pruebas combinadas y marcha. Es el arte de superar el rendimiento de los adversarios en velocidad o en resistencia, en distancia o en altura.

me das coronita :3


floresvazquezfrancis: gracias
mxomi: de nada
alexandrahernandez70: no hay de que
Respuesta dada por: alexandrahernandez70
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Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos de Dios; mas la porción de Yahveh fue su pueblo, Jacob su parte de heredad». En este pasaje del llamado Cántico de Moisés (Deuteronomio 32:8-9) tomado de la Biblia de Jerusalén, «Altísimo» es traducción de 'elyon (El) y «Dios» de yvhv (Yahvé). El fragmento es señalado como vestigio de la existencia de dos deidades diferentes, El y Yahvé, que experimentaron un proceso de asimilación en algún momento temprano puesto que el texto bíblico apenas distingue entre ambos y no mantiene con El la actitud combativa manifestada ante otras divinidades. En la mitología ugarítica, El presidía el panteón de los dioses y habitaba en una montaña sagrada; considerado padre de los dioses, se lo representaba como una figura con barba, anciana y patriarcal. Aparece mencionado en los textos de Ras Shamra (Siria), fechados en los siglos xiv-xiii a. e. c. El origen de Yahvé, dios oficial de los dos reinos del Antiguo Israel, (Israel, en el sur, y Judá, en el norte), parece encontrarse en Edom (al sur de Judá, en el noroeste de la actual Arabia Saudí). Es un dios relacionado con la tormenta y la guerra cuya mención más antigua en un texto semita occidental parece remontarse al siglo ix. Se ha sostenido que su paso desde las riberas del mar Rojo hasta las del Mediterráneo se debió a los quenitas, habitantes de Edom, y con quienes se ha relacionado a Moisés (en varios lugares, como en Jueces 1:16 y 4:11, se dice que su suegro era quenita, o madianita, una denominación más amplia). Los quenitas son los descendientes de Caín.

En otros lugares del Pentateuco, El y Yahvé aparecen como dos deidades diferenciadas. En Génesis 49:24-25, se mencionan epítetos de El sin relación con el Yahvé mencionado en Génesis 49:18. El fragmento citado al principio presenta, en cambio, un panteón divino en el que El es el padre de los dioses, y Yahvé, uno de sus hijos. Este sustrato politeísta queda eliminado con las posteriores revisiones del texto y la aplicación de la plantilla de una lectura monoteísta. El siguiente paso de la estrategia revisionista es la fusión de las dos divinidades, como ocurre en Éxodo 6:3, uno de los diálogos entre Dios y Moisés antes del enfrentamiento final con el faraón egipcio: «Me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como El Sadday; pero mi nombre de Yahveh no se lo di a conocer» (Biblia de Jerusalén). El Sadday suele traducirse por «Dios de las Montañas», en una clara remisión al El ugarítico. Este pasaje ha sido presentado como uno de los dos argumentos básicos en apoyo de la idea de que el Dios original de Israel no fue Yahvé, sino El.

La oposición que parece establecerse en la traducción citada entre, por un lado, el pueblo de Israel (Jacob) y su dios (Yahvé) y, por otro, entre los demás pueblos y otras divinidades innominadas queda difuminada en otras versiones por la transformación de «hijos de Dios» en «hijos de Israel» (siguiendo el texto masorético, que difiere de algunas lecturas de la Septuaginta y algunos manuscritos de Qumrán). Es lo que ocurre en la protestante Reina-Valera: «Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel. Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó». En la Biblia hebrea de Katznelson: «Cuando el Supremo dio a cada pueblo su heredad, dividió a los hijos del hombre y fijó los límites de los pueblos conforme el número de los hijos de Israel. Y Su pueblo es posesión Suya. Jacob es Su heredad». Y en la católica de Ausejo (Herder): «Cuando el Altísimo dividía las naciones, cuando separaba los hijos de Adán, fijó los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel. Mas la porción del Señor es su pueblo; Jacob fue su herencia propia». Como consecuencia del cambio, la relación lógica entre los dos versículos resulta en todas ellas confusa.

La traducción, con la difuminación de los nombres (Dios, Señor, Altísimo, Supremo) y también con la elección de la lectura, desempeña un papel fundamental en el borrado de las huellas politeístas y en la reescritura de la historia. La historia de cómo el cananeo El, jefe de los dioses, asiste a la llegada del meridional Yahvé y de cómo éste se convierte primero en hijo suyo y luego ocupa su lugar y el de todos los demás dioses.

El segundo argumento básico para considerar a El como el dios israelita original es el propio nombre de Israel, puesto que de otro modo el nombre del pueblo elegido quizá habría sido Israyah.


floresvazquezfrancis: gracias
alexandrahernandez70: sip
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