Respuestas
La contemplación de la historia de la Reforma del siglo XVI no puede por menos de causar un efecto deprimente en los católicos. En el fondo, las derrotas católicas se sucedieron una tras otra. Para algunos, la culpa de todo ello la tuvo la trágica defección del catolicismo. ¿Es que se había agotado la energía de la Iglesia católica?
2. Por influjo de la historiografía protestante es costumbre dividir el siglo XVI y la primera parte del siglo XVII en Reforma y Contrarreforma. Pero, aparte de la Contrarreforma (§ 87s), hubo también otra réplica a la Reforma protestante, y sin duda más importante para la Iglesia y para su historia: la reforma católica[1].
No se puede olvidar que, más allá de aquella tremenda realidad de la defección católica coincidente con la victoria reformadora, hubo también reforma católica interna. Es preciso ver la una junto a la otra. Desde el principio hay que considerar el nuevo tipo de vida católica que fue despertándose. En el amplio marco de la historia universal no fue más que un germen casi inapreciable (a pesar de realizaciones individuales muy importantes por parte de religiosos, sacerdotes y laicos). Pero fue un verdadero renacer. Sus resultados en la segunda mitad del siglo XVI y en el siglo XVII fueron imponentes.