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¡A Jesucristo sea la Honra y Gloria para siempre!
Amado joven, ¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo recibieras a Cristo si tocare a la puerta de tu casa? Tal vez suene risible, pero te aseguro que algunos dijeran que lo recibieran con brazos abiertos, otros dijeran con abrazos y besos, otros cayeran de rodillas, etc.
La triste realidad en este tiempo es que Cristo toca a nuestra puerta y muchos no le escuchamos tocar. Él dice en su palabra, “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo” Apocalipsis 3:20.
Él ya está llamando a la puerta de nuestro corazón, pero a veces no le escuchamos tocar porque estamos tan ocupados con todo el afán de este mundo. Muchas veces preferimos los bienes temporales que los celestiales, preferimos la diversión de nuestra carne que la llenura del Espíritu, nos emocionamos más con las atracciones del mundo que de su palabra, hablamos mejor de los famosos de este mundo con más entusiasmo que del Salvador de nuestra alma: Jesucristo. “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como escondimos de El su rostro, fue menospreciado y no lo estimamos” Isaías 53:3.
Nuestra manera de actuar cada día demuestra como recibimos la palabra de Dios. Muchas veces en nuestra vida recibimos regalos que al principio los admiramos y los cuidamos, pero al pasar del tiempo se vuelven algo común, ordinario y pasan de moda. ¡¡Pero no es así la palabra de Dios!! “Los cielos y la tierra pasarán, pero mi palabra no pasará” Marcos 13:31.
¿Cuáles son nuestros anhelos en nuestra vida cada día? ¿Amarle? ¿Honrarle? ¿Bendecirle? ¿Vivir para él? ¿Conocerle? ¿Servirle? Es posible que en estos momentos no sean esos tus anhelos y te encuentres sin fuerzas para continuar, pero hay buenas noticias, el salmista nos da la clave de cómo orar para obtener las fuerzas, “Vuélveme el gozo de tu salvación, y tu espíritu noble me sustente” Salmos 51:12.
Si tú tienes ya algún tiempo de no abrirle la puerta a Jesucristo, porque no comienzas hoy, abriendo tu biblia y tu corazón y dejemos que sea Él quien nos llene de paz, amor y gozo. Cristo es tan maravilloso y amoroso que con mucho amor nos susurra a nuestro oído, “Escudriñad las escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mi” Juan 5:29.
Joven, ábrele hoy la puerta de tu corazón a Jesucristo para que puedas disfrutar de ese gran banquete con Cristo por medio de su palabra. El que tenga oídos para oír, oiga lo que El Espíritu nos dice.
Amado joven, ¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo recibieras a Cristo si tocare a la puerta de tu casa? Tal vez suene risible, pero te aseguro que algunos dijeran que lo recibieran con brazos abiertos, otros dijeran con abrazos y besos, otros cayeran de rodillas, etc.
La triste realidad en este tiempo es que Cristo toca a nuestra puerta y muchos no le escuchamos tocar. Él dice en su palabra, “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo” Apocalipsis 3:20.
Él ya está llamando a la puerta de nuestro corazón, pero a veces no le escuchamos tocar porque estamos tan ocupados con todo el afán de este mundo. Muchas veces preferimos los bienes temporales que los celestiales, preferimos la diversión de nuestra carne que la llenura del Espíritu, nos emocionamos más con las atracciones del mundo que de su palabra, hablamos mejor de los famosos de este mundo con más entusiasmo que del Salvador de nuestra alma: Jesucristo. “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como escondimos de El su rostro, fue menospreciado y no lo estimamos” Isaías 53:3.
Nuestra manera de actuar cada día demuestra como recibimos la palabra de Dios. Muchas veces en nuestra vida recibimos regalos que al principio los admiramos y los cuidamos, pero al pasar del tiempo se vuelven algo común, ordinario y pasan de moda. ¡¡Pero no es así la palabra de Dios!! “Los cielos y la tierra pasarán, pero mi palabra no pasará” Marcos 13:31.
¿Cuáles son nuestros anhelos en nuestra vida cada día? ¿Amarle? ¿Honrarle? ¿Bendecirle? ¿Vivir para él? ¿Conocerle? ¿Servirle? Es posible que en estos momentos no sean esos tus anhelos y te encuentres sin fuerzas para continuar, pero hay buenas noticias, el salmista nos da la clave de cómo orar para obtener las fuerzas, “Vuélveme el gozo de tu salvación, y tu espíritu noble me sustente” Salmos 51:12.
Si tú tienes ya algún tiempo de no abrirle la puerta a Jesucristo, porque no comienzas hoy, abriendo tu biblia y tu corazón y dejemos que sea Él quien nos llene de paz, amor y gozo. Cristo es tan maravilloso y amoroso que con mucho amor nos susurra a nuestro oído, “Escudriñad las escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mi” Juan 5:29.
Joven, ábrele hoy la puerta de tu corazón a Jesucristo para que puedas disfrutar de ese gran banquete con Cristo por medio de su palabra. El que tenga oídos para oír, oiga lo que El Espíritu nos dice.
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3
Respuesta:
1.- CON ARMONIA
2.- CON LA PAZ
3.- CON EL RESPETO
Explicación:
ESPERO QUE TE AYUDE DE TODO CORAZÒN
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