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La filosofía de Sócrates es, en primer lugar, en un sentido, una respuesta a Anaxágoras, quien afirmó que el hombre es inteligente porque tiene manos.
De hecho la superioridad del ser humano es mirar inteligente en su alma, que gobierna el cuerpo y participa de lo divino. De ahí una serie de requisitos.
Si el hombre tiene un alma de origen divino (a diferencia de las creencias establecidas, Sócrates sostiene que los dioses no padecen las pasiones humanas), entendemos la necesidad de una mayor conciencia y el requisito de la fórmula "Conócete a ti mismo" inscrita en el frontón. del templo de Delfos. Por otro lado, el control del cuerpo se ve reforzado por la creencia en la inmortalidad del alma (cf. Fedón de Platón).
Añádase el ejemplo de coraje y serenidad que nos da el mismo Sócrates antes de beber la cicuta: compara al cisne que en el momento de la muerte, canta, no de dolor sino de alegría y esperanza.
Pero la verdadera dignidad del alma procede de la ciencia, que es su auténtica herencia. Una ciencia que no comprende, como ahora, los fenómenos del mundo exterior: Sócrates adopta la misma postura contra los teóricos de la naturaleza que no tienen sentido de humanidad y, además, contra los sofistas que, a la inversa, no tienen el significado de ciencia. .
Al combinar los principios aceptables de la física y los sofisticados - la forma científica del primero y la preocupación por los asuntos humanos en el segundo - es la sabiduría o la ciencia moral lo que es central en su enfoque. Renunciando a comprender el universo, la mente debe descender a sí misma para aclarar las verdades que yacen dormidas dentro de él al estado de potencialidades (teoría platónica de la reminiscencia), y podrá dominar el conocimiento sin someterse a cosas externas (como se muestra en Descartes y Kant).
Rechazar lo que emana de los sentidos y pasiones de la ciencia individual se centrará en la naturaleza humana en lo que es universal, en una palabra sobre los conceptos, que Sócrates es el verdadero descubridor.
Por inducción, llegamos así a identificar las especies y a expresarlas por definiciones: así Sócrates - preparando la teoría platónica de las Ideas trata de definir tal coraje (Laches) o la amistad (Lysis), o el arte de vivir que lleva a la felicidad (según la antigua tradición, el bien es la felicidad) depende de la ciencia del alma que, frustrando la habilidad de los sofistas, desenmascara la ceguera de los hombres, demasiado a menudo preocupados por cosas inútiles (riqueza, reputación, etc.) y perder interés en lo esencial es decir la verdad que lleva su alma.
Esta ciencia comienza con un trabajo de depuración (ya propuesto por los órficos y pitagóricos), que consiste en posponer las opiniones recibidas, luego se destacan diversas cualidades (templanza, justicia, etc.) que se convertirán en virtudes si las usamos correctamente. De hecho, el conocimiento exacto de la propiedad (que es también el beneficio) desencadena una tendencia irresistible a la culminación, conduce necesariamente a la virtud: “ Nadie es voluntariamente malo ”, excepto por ignorancia.
El método excluye cualquier revelación extraintelectual —el demonio socrático es disuasivo, no de creación— y sigue la dialéctica. A través de sus dos etapas, ironía y mentes partería o partería, la dialéctica permite a Sócrates identificar, en un clima de amistad, los puntos de acuerdo entre los socios, es decir, verdades universalmente reconocidas como exigencia de la razón.