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Había una vez un bello ciervo que se acercó a un manantial a calmar su sed. El animal bebió de esa agua cristalina hasta que se sintió satisfecho y luego, al ver su reflejo en el límpido manantial, quedó maravillado de su cornamenta, la cual lo convertía en un animal admirado por todos debido a su belleza.
Explicación:
Anónimo:
perame
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