Respuestas
Respuesta:
La parábola enseña claramente donde la responsabilidad recae con respecto al Reino de Dios y la recepción del Evangelio. No estaba en la siembra y no estaba en la semilla - estaba en el 'suelo', el corazón del hombre.
Explicación:
Esta es la lección que Jesús deseaba que sus discípulos aprendieran y es también la lección que él desea que aprendamos nosotros hoy. La semilla que el sembrador estaba sembrando en la historia representan las enseñanzas de la Palabra de Dios.
Nuestro corazón representa el terreno o tierra donde el sembrador siembra la semilla.
Si nuestro corazón está duro y lleno de coraje y amargura, las enseñanzas caen en terreno no fértil, en un camino duro, y, por lo tanto, nunca crece, al igual que la semilla que cayó en el camino en la parábola que Jesús contó.
Otras veces, nos gusta escuchar la Palabra, y deseamos aprender, pero al poco tiempo ese gozo se esfuma. Así pasaba con la semilla que cayó en el pedregal.
En ocasiones escuchamos la Palabra y creemos lo que dice, pero deseamos hacer las mismas cosas que hemos estado haciendo hasta ese momento, eso se parece a cuando se siembra la semilla donde hay espinos y hierba mala. Sé que sabes lo que ocurre. ¡Los espinos y hierbas malas no nos permitirán hacer lo correcto!
La última semilla es la mejor, pues cayó en tierra fértil. Si aprendes de lo que escuchas en la Escuela Bíblica y en la clase de religión, la semilla que Jesús siembra en tu corazón crecerá. Tu vida producirá buen fruto como Jesús desea. Ayudarás a otros a crecer en el conocimiento y entendimiento del amor de Dios.
Respuesta:
La parábola del sembrador es una de las pocas parábolas que se encuentran en los tres evangelios sinópticos. Además, pertenece a un grupo aún más reducido de parábolas que Jesús explicó a Sus discípulos. La semilla que se sembró era “la palabra del reino” (Mateo 13:19), “la palabra” (Marcos 4:14) o “la palabra de Dios” (Lucas 8:11): las enseñanzas del Maestro y de Sus siervos.
Explicación:
Los diferentes tipos de terreno donde cayeron las semillas representan las maneras diferentes en que las personas recibimos y obedecemos esas enseñanzas. Así, las semillas que “[cayeron] junto al camino” (Marcos 4:4) no han alcanzado el terreno mortal donde pueden crecer; son como las enseñanzas que caen en un corazón endurecido o sin preparación. No diré nada más en cuanto a ellas. Mi mensaje concierne a aquellos que nos hemos comprometido a ser seguidores de Cristo. ¿Qué hacemos con las enseñanzas del Salvador