• Asignatura: Geografía
  • Autor: santosmotoche2
  • hace 8 años

poema sobre la demografia nacional, reguional y mundial

Respuestas

Respuesta dada por: andreacpintol
8

¡Hola, Santosmotoche!

 

Existen distintos poemas relacionados a la demografía. Aquí te dejo algunos:

 

El niño cinco mil millones, de Mario Benedetti

En un día del año 1987
nació el niño 5.000 millones. Vino sin etiqueta,
así que podía ser negro, blanco,
amarillo,etc. Muchos países,
en este día, eligieron al azar
un niño 5.000
Millones para homenajearlo y
hasta filmarlo y grabar
su primer llanto.
Sin embargo el verdadero
niño 5.000 millones no
fue homenajeado ni filmado
ni acaso tuvo energías para
su primer llanto. Mucho
antes de nacer ya tenía hambre,
un hambre atroz. Un
hambre vieja. Cuando por fin
movió sus dedos, estos tocaron
tierra seca. Cuarteada
y seca. Tierra con grietas y
esqueletos de perros o de camellos
o vacas también. Con el esqueleto
del niño número 4.999.999.999
El verdadero niño 5.000 millones
tenía hambre y sed pero su madre
tenía más hambre y más sed y sus
pechos oscuros eran como
tierre exhaustada. Junto a ella
el abuelo del niño tenía hambre
y sed más antiguas aún y
 ya no encontraba en sí mismo
ganas de pensar o de creer.
Una semana después el niño 5.000 millones era
un minúsculo esqueleto. Y en
consecuencia disminuyó en
algo el horrible riesgo de que
el planeta llegara a estar super-poblado

 

Mi país en un mapa antiguo, de Eugenio Montejo

 

Nunca mintieron las líneas del cartógrafo
al copiarnos su sueño.
Es cierto que muchos cauces de estos ríos
eran imaginarios,
nuestras montañas no llegan hasta el sur
ni el mar les roza, aunque lo intente,
sus contornos sentimentales.
Es otro el tamaño de las islas
bajo el tacto de sus colores.
Pero fue exacta siempre la piedad
y el fulgor de los ojos asombrados
ante la luz de las palmeras.
¿Qué importa el Orinoco más al norte
prolongado como un deseo,
o esa península con rostro de mujer
que casi habla?
Nunca mintieron: aquí estuvo Manoa
al fin del arco iris que nace en El Dorado
y más allá la infinita inocencia
de un paraíso
que valió todos los viajes de sus naves.
¿Qué otra verdad podemos reclamarles?
Esos mapas eran bellas cartas de amor,
tatuajes de navegantes,
páginas puras para decirnos que la vida
solo es eterna en esta orilla del Atlántico.

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