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El evolución de las dos economías más fuertes de Europa sigue la misma tónica desde hace diez años. Mientras Alemania ostenta el récord mundial de exportaciones, la situación económica en el interior no ofrece buenas expectativas. El mercado laboral está cada vez más sumido en la crisis, y los consumidores huyen de los comercios con el objetivo de ahorrar.
Mismos problemas, distintos caminos
A diferencia de los alemanes, los consumidores franceses vacían sus cuentas bancarias para hacer realidad sus deseos consumistas. Desde 2003, la cuota de ahorro descendió 1,5%. Pero a pesar del aumento del consumo interno, las exportaciones están en retroceso. Su mejor cliente, Alemania, no consume tantos productos franceses como en los años pasados. Francia mueve la economía interna descuidando sus exportaciones.
Ambos países se enfrentan a los mismos problemas: envejecimiento de la población, globalización e incumplimiento de los criterios europeos sobre el déficit. Y ambos gobiernos plantean las mismas soluciones, entre ellas, ampliar la jornada laboral de 35 horas y menos prestaciones sociales. Por esta razón, la diferente evolución de las dos economías sorprende a los analistas.
En los últimos 10 años, el numero de empleados en Francia ascendió un 16% , mientras que en Alemania sólo un 2%. Estas cifras son lógicas si se tiene en cuenta que Francia sólo necesita un ligero crecimiento del 0,8% para crear empleo y Alemania por lo menos un 1,2%. Y así lo demuestran también las cifras del crecimiento económico. Alemania creció de media un 1,3% y sus vecinos del oeste 2,2%. "Alemania defrauda", apuntan los analistas del grupo bancario frances Credit Agricole-Credit Lyonnais (CACL).
Un ejemplo a seguir
Sin embargo, desde el punto de vista francés, el plan de reformas del gobierno de Schröder con la agenda 2010 es paso importante y está siendo observado detenidamente por las instituciones económicas como un ejemplo a seguir. Mientras en Alemania hay recortes, el gobierno de París todavía se permite hacer regalos a determinados grupos que presionan en defensa de sus intereses como cirujanos, artistas o campesinos. Pero a pesar de continuar en la línea de gasto, el gobierno de París es más rápido y eficiente a la hora de tomar medidas económicas. ¿Es entonces culpable el gobierno alemán de la lamentable situación de la economía?
Los expertos franceses no lo ven así. Desde que el Banco Central Europeo determina el tipo de interés, Alemania ha perdido privilegios que tenía frente a sus competidores. La política del Banco Central Europeo supone un estímulo para países como Francia e Irlanda, pero no para Alemania. Además, como indica la analista de CACL, Amelie Derambure, Alemania recibió un golpe por partida doble en los años 90: la reunificación de Alemania con una paridad 1 a 1 del marco del oeste con el marco del este y la introducción de la jornada laboral de 35 horas en el sector metalúrgico.
Exportación frente a consumo interior
Alemania reaccionó y desde 1998, la productividad está creciendo más rápido que en Francia. Los sindicatos se retractan en sus reivindicaciones salariales a pesar de que las empresas alemanas aplican recortes de personal antes que las francesas. Lógicamente, Alemania gana terreno en el mercado mundial.
En 2003, el comercio exterior no fue significativo en Francia, mientras que en Alemania supuso el 6% de la economía. Gracias al aumento de la productividad, las empresas alemanas son ahora más rentables y están mejor preparadas de cara al futuro. Pero a corto plazo, Francia todavía mantendrá su posición privilegiada. En este ejercicio se calcula que el crecimiento alemán se sitúe entre 1,5% y 2%, mientras que en Francia se espera el 2,5%. Ambos países luchan por salir de la crisis pero con distintas medidas. Por ahora la política francesa es más exitosa según las estadísticas, pero habrá que esperar al futuro para demostrar su eficiencia.