• Asignatura: Castellano
  • Autor: paulalejandrosanchez
  • hace 2 años

1. Precisa con tus palabras ¿Cuál es el tema central del fragmento asignado de La Odisea? 2ptos.
2. Explica 2 características de la épica griega en el fragmento asignado de La Odisea. Apóyate en ejemplos. 3ptos.
3. Extrae del fragmento asignado de La Odisea, un ejemplo de narración, uno de descripción y uno de diálogo. 3ptos.


La Odisea (Fragmento asignado)
Cuando Atenea, que vigilaba al mayoral, lo vio alejarse de la granja, se asomó a la puerta de la cabaña en la figura de una mujer hermosa, hábil en labores finas; pero solo advirtió su presencia Ulises. También la vieron los perros, que no ladraron a la diosa e iban de un lado a otro gruñendo. Atenea hizo una señal con las cejas a Ulises, que este comprendió y salió del interior para escuchar esto:
—Ha llegado el momento, ingenioso Ulises, de que hables a tu hijo sin ocultarle nada y que concertéis el modo de deshaceros de los pretendientes. Yo no estaré, en la ocasión, lejos de vosotros, pues ardo en deseos de pelear.
Atenea tocó con una varita de oro a Ulises, quien inmediatamente se vio vestido con un manto limpio y una buena túnica, a la vez que le comunicaba una presencia juvenil y su rostro lucía una hermosa barba negra. Hecha esta transformación, se marchó la diosa y Ulises entró en la choza. Al verlo Telémaco, fueron tales su asombro y turbación que no pudo menos de apartar la vista, temiendo fuera un dios. Al fin se decidió a decirle:
—Me pareces otro así vestido y con otra expresión en tu cara. Quizás seas una de las divinidades del ancho cielo y, en este caso, ruego nos seas propicio y te compadezcas de nosotros, en la seguridad de que te ofreceremos sacrificios que te sean agradables y presentes de bien labrado oro.
No tardó Ulises en contestarle:
−No soy un dios ni debo compararme a los inmortales, sino que tienes ahora delante de ti a tu padre, por quien tanto vienes sufriendo, expuesto sin cesar estos años a la violencia de los dioses.
Dicho esto, besó a su hijo con abundantes lágrimas, pero Telémaco, que dudaba de lo que oía, replicó:
—No, no eres mi padre Ulises; algún dios quiere engañarme para que llore y solloce aún más. No hay mortal que pueda realizar semejante prodigio con solo sus fuerzas, sin la ayuda de un dios bastante poderoso para transformar a determinado hombre en un joven o en un viejo. Hace poco eras un anciano cubierto de harapos, y ahora pareces uno de los inmortales del ancho cielo.
El ingenioso Ulises le explicó:
—No procede, Telémaco, que te manifiestes tan sorprendido y extrañado con la presencia de tu padre. No hay otro Ulises que este que ahora ves. Yo soy el mismo que, después de muchas penalidades y haber andado errante durante veinte años, vuelve a la tierra paterna. Mi cambio es obra de Atenea, que antes me presentó como un mendigo y ahora como un joven bien vestido, pues ello está en las facultades que los dioses poseen.
Entonces Ulises se sentó, y Telémaco se precipitó a estrecharlo entre sus brazos, deshaciéndose uno y otro en llanto, lamentos y sollozos, ello con tal ruido que diríanse agudas quejas de aves rapaces cuando los pastores les quitan las crías antes de que sepan volar.

Respuestas

Respuesta dada por: nicolegualichico
0

Respuesta:

es demaciado no se entiende


Jiminshi67: si no lo hibas a hacer no lo hubieras respondido le quitas la posibilidad a otros
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