Respuestas
Respuesta:
El sistema de salud peruano no solo se enfrenta al enorme reto de salvaguardar la integridad física de las personas, sino también de velar por su salud emocional, que se ha visto gravemente afectada por las medidas tomadas para contrarrestar el avance de la COVID-19.
El teletrabajo, el aislamiento, el distanciamiento -que hace imposible reunirse en familia- y el temor a contagiarse, le han abierto paso a la ansiedad, la angustia, el aburrimiento, la frustración y la depresión, las cuales -en determinados grupos humanos- generan un mayor nivel de estrés y preocupación.
De acuerdo al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, la acumulación del estrés en situaciones de confinamiento puede provocar:
Sentimientos de temor, enojo, tristeza y preocupación.
Cambios en el apetito, en los niveles de energía y en los deseos e intereses.
Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
Dificultad para dormir o pesadillas.
Reacciones físicas: dolores de cabeza, dolores corporales, problemas estomacales y sarpullido.
Agravamiento de problemas de salud crónicos.
Mayor consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias.
"En este sentido, el cuidado de la salud mental de los trabajadores de una empresa resulta preponderante, a través de campañas de sensibilización, consejos psicológicos, talleres virtuales, implementar estrategias de resilencia organizacional y/o coaching sanitario, para sobrellevar estos temas y controlar la ansiedad y el estrés", afirma Jorge Cordero, docente del Taller online Dirección y organización de hospitales y servicios de salud de ESAN.
Respuesta:
La contención emocional hace alusión a la realización de acciones para tranquilizar y apuntan a devolver la confianza a la persona que está en crisis y se encuentra afectada emocionalmente. Se brinda en el inicio de la crisis y no dura demasiado tiempo (minutos a horas).
Explicación:
Espero haberte ayudado.