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La primera parte de la novela finaliza con la batalla de Torreón, momento en el que se narra el triunfo de las fuerzas revolucionarias y la huida del ejército federal. En Tropa vieja se plasma uno de los sucesos más dramáticos de la Revolución mexicana, la masacre de Torreón y el caos desatado cuando todos intentan huir para salvarse. Durante la confusión de la batalla el hijo de Juan Carmona muere de un balazo sin que los padres se den cuenta. Al descubrir el cadáver, Carmona emprende la lucha, sin ayuda de nadie, contra el bando de revolucionarios. Espiridión sólo escucha las detonaciones a lo lejos y después el silencio.
La segunda parte de la novela —compuesta por seis capítulos— inicia año y medio después con el triunfo de la Revolución. En este momento de la diégesis, Espiridión y su nueva esposa Juana —viuda de Carmona— son obligados a trasladarse con el 24° Batallón a la Ciudad de México, lugar en el que se convierte en el asistente del mayor Fernando Acuña. Sin embargo, en esa aparente época de paz la inconformidad por el ascenso de Madero provocan nuevas revueltas y el joven soldado debe regresar a los cuarteles. Más tarde, tras una breve estancia como centinela en la prisión de Santiago Tlatelolco, Espiridión dice presentir que algo se aproxima en esos últimos días del mes de enero de 1913. Poco tiempo después es enviado a una nueva batalla contra sublevados del ejército; lucha que es conocida en la historia mexicana como la Decena Trágica. Este conflicto armado se llena pronto de sospechas y traiciones. Después de varios días de lucha, Espiridión es herido y llevado al hospital militar, en donde intentan salvar inútilmente su brazo derecho. Con el miembro amputado, los días en el ejército terminan pero también la posibilidad de trabajar, con su libertad recuperada se lamenta de la suerte de la tropa que ve desfilar en la calle, adivina el destino de ellos al escuchar el sonido de los tambores que son semejantes a los de un entierro.
El título de la novela hace referencia tanto al grupo de soldados veteranos como a la evolución del hombre dentro del ejército. Ser un recluta o pertenecer a la tropa vieja muestra la jerarquía en la que uno pisa al otro, aunque sea simbólicamente. No obstante, en lo humano, al formar parte de la “tropa vieja” también expone la des humanización, el desencanto y la queja del soldado que ha enfrentado la muerte y el dolor de luchar contra su propio hermano.