• Asignatura: Historia
  • Autor: patrisosa567
  • hace 2 años

Diferencia de la economía de Buenos Aires y la del interior de nuestro país en el siglo XVIII?​

Respuestas

Respuesta dada por: berthallumiquinga984
0

Respuesta:

no lose amig@s........ pregunte alguien más q sepas de esta pregunta

Respuesta dada por: Snelder
2

Respuesta:

El actual modelo económico y productivo triunfante en el mundo, que ha permitido las grandes desigualdades sociales entre los países ricos o desarrollados y los pobres o subdesarrollados se basa fundamentalmente en una constante necesidad de crecimiento cuantitativo. Y es en este crecimiento donde se encuentra la clave del beneficio y por consecuencia de la acumulación del capital y de la concentración de la riqueza de las transnacionales, que son los verdaderos amos del mundo”.

   El fenómeno integrador(si es válido llamarlo de esta forma) se apoya en los convenios de libre producción de las grandes corporaciones multinacionales. Ellas se adelantaron a los gobiernos y cada vez tienen una mayor participación en un mundo sin fronteras. Para dar sólo una pauta del poder alcanzado por las transnacionales digamos que las ventas realizadas por las 37.000 Empresas Transnacionales(ETS) existentes actualmente frente a las 7.000 que se registraban en 1970 colocaron productos entre sí en sus mercados domésticos por casi seis billones de dólares. Muy por encima de los cuatro billones que el mundo negoció en mercaderías y servicios durante 1992. (World Investiment report 1993,Unctad).

   Las ETS gastan más que los países líderes en la investigación y desarrollo de tecnologías. El gasto combinado de las diez más grandes transnacionales de los Estados Unidos, por ejemplo sobrepasa el de los gobiernos de Francia y el Reino Unido. Este poder de la ETS es uno de los rasgos distintivos de la actual situación de la economía mundial., de la denominada “globalización de los mercados”.

   Y en este mercado globalizado es necesario producir mucho y consumir otro tanto, pues es la única forma de mantener en funcionamiento los engranajes del sistema. Y en esa lógica del “crecimiento al máximo”se ignora totalmente las consecuencias internas(de desequilibrios económicos, sociales y políticos) y externas( de agotamiento de los recursos naturales y humanos y el impacto sobre el medio ambiente).

   La producción y el consumo son dos polos que se encadenan y constituyen la médula central de la acumulación y el beneficio de estos “nuevos amos del mundo” que por supuesto carecen totalmente de corazón y de sentimientos. Es ilustrativo señalar que "...desde 1900 la población del planeta ha venido aumentando hasta triplicarse con creces. La Economía se ha multiplicado por veinte. El consumo de combustibles fósiles es hoy treinta veces mayor que entonces, y ha sido cincuenta el factor de incremento de la producción industrial. Cuatro quintas partes de este incremento han ocurrido desde 1950”.

 

   Esta desigualdad se manifiesta sobretodo en la Periferia, donde queda cada vez más claro que el “subdesarrollo”no es un estadio del “desarrollo”, sino que es producto del “desarrollo del centro”. Son dos caras de la misma moneda, pues el libre mercado es un sistema que produce y reproduce desigualdad mundial. Esta supuesta “libertad de los mercados”que los países ricos imponen como política a los pobres mientras que ellos ejercen cada vez más un feroz proteccionismo, no funciona para proteger el agua, la capa de ozono, los bosques para no agudizar el efecto invernadero.

   El Noroeste, el Centro, Cuyo y el Litoral constituyeron las regiones que integraron la realidad económica y social vigente en el actual territorio argentino durante los siglos XVI hasta fines del siglo XVIII. No había una economía nacional por la inexisten­cia de un mercado con un intercambio considerable de ca­pitales, mano de obra y mercancías entre las distintas regiones. Existía un marcado equilibrio entre estas "economías regio­nales de subsistencia" como las denomina Aldo Ferrer, en la pri­mera etapa de iniciación de la actividad económica en nuestro te­rritorio. (1)

   Entre estas regiones, la del Noroeste abarcaba a las actua­les provincias de Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y Tu­cumán y fue durante toda la época colonial la de mayor importan­cia relativa dentro del territorio argentino, debido fundamentalmente a su cercanía al centro minero de Potosí. La población de la región representaba el 40% del total y tenía la mayor produc­ción, teniendo en cuenta la especialización en el rubro textil.

   La llamada "ropa del Tucumán", elaborada del algodón culti­vado en las provincias norteñas, sobretodo en Santiago del Este­ro, fue artículo de alto valor comercial y también motivo de lu­cro y explotación de la mano de obra indígena y fue exportada a Potosí y al Virreinato del Perú donde se necesitaba ropa de tra­bajo para la numerosa población minera.

   

   

 

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