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Respuesta:
Padre, gracias por darnos tu Palabra porque en ella nos revelas quien eres. Tu grandeza, poder, amor, justicia, y especialmente, tu misericordia y gracia. Queremos conocerte más. Amarte más. Sentir tu Presencia.
Abre nuestros ojos y oídos espirituales para escucharte. Sabemos que tienes algo importante que decirnos Cámbianos por el poder de tu Espíritu. Queremos ser como tu Hijo Jesucristo. En el nombre de Jesús, Amén.
El título de este mensaje es “Misericordia y Gracia Son Para Siempre.” Aquí veremos dos de los maravillosos atributos de Dios: “La Misericordia y Gracia de Dios.” Veremos Su bondad… compasión… favor inmerecido… ternura hacia nosotras.
¿Qué es lo que la misericordia significa? Según el diccionario, misericordia es compasión y paciencia. Es bondad o clemencia hacia otra persona. Es también la misericordia de Dios hacia el ser humano… como un acto de Su gracia divina. ¿Y qué es exactamente gracia? La raíz de la palabra gracia es “belleza.”
Es mostrar favor, caridad, bondad y misericordia. En el Nuevo Testamento, gracia significa “el favor inmerecido de Dios.”
G.W. Knight escribe: “Cuando una persona trabaja ocho horas al día y recibe el pago por su trabajo – eso es un salario. Cuando una persona compite contra un adversario y recibe un trofeo – ese es un premio. Cuando una persona recibe reconocimiento por sus logros – esa es una condecoración.
Pero cuando una persona no es capaz de ganar un salario, ni de ganar premio alguno, ni de merecerse ninguna condecoración, pero aun así, recibe un obsequio, ese es un bello retrato del “favor inmerecido de Dios.”
Para entender lo que la gracia significa necesitamos regresar al vocablo hebreo antiguo que significaba “inclinarse,” o “rebajarse, o agacharse.” Y con el correr del tiempo, comenzó a incluirse también a “favor benevolente o condescendiente.”
Si has viajado a Londres, a lo mejor has visto a la realeza londinense. Si es así, debes de haber notado sofisticación, indiferencia… frialdad. En algunas ocasiones, la realeza en Inglaterra hace noticia porque alguien, dentro de los rangos de la nobleza, se detiene, se arrodilla, y toca o bendice a algún plebeyo. ¡Esa es gracia!
No había nada en el plebeyo que mereciera ser notado ni tocado ni bendecido por la familia real. Pero por la gracia en el corazón de la reina, hay un deseo, en ese momento, de detenerse, de inclinarse, de tocar, y hasta de bendecir.